Al menos ocho migrantes han muerto y otros 22 han desaparecido después de que fuesen obligados la semana pasada a saltar de la embarcación en la que viajaban frente a las costas de Yibuti, según los testimonios de los propios supervivientes.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que trabaja junto a las autoridades yibutianas en la atención de los afectados, ha explicado que la embarcación fue interceptada el 5 de junio por traficantes que ordenaron a los migrantes saltar al mar cuando aún estaban en alta mar. A bordo iban unas 150 personas.
Los trabajos de rescate han permitido localizar por ahora ocho cadáveres, pero la OIM da por hecho en un comunicado que la cifra oficial de víctimas mortales aumentará mientras persistas estas búsquedas.
En los días posteriores al incidente, las patrullas móviles de dicha agencia localizaron a muchos de los supervivientes en el desierto, por lo que ahora colabora en la atención médica y psicosocial de estas personas en un centro de respuesta habilitado en la ciudad costera de Obock.
Cada año, miles de personas intentan saltar del Cuerno de África a los países del golfo Pérsico en una peligrosa ruta que deja periódicamente tragedias marítimas. La OIM ha reclamado medidas de protección para estas personas, ya que como ha apuntado el responsable para la región, Celestine Frantz, "cada vida perdida en el mar es una tragedia que nunca debería haber ocurrido".
"Estos jóvenes se ven obligados a elecciones imposibles por parte de los contrabandistas, que no muestran respeto alguno por la vida humana. Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a los supervivientes e impedir que muera más gente en esta ruta mortífera", ha subrayado Frantz.