Pese a lluvias, San Luis Potosí arde: incendios casi se duplican en 2025

San Luis Potosí, SLP.- Aunque ya se han registrado las primeras lluvias de la temporada, San Luis Potosí enfrenta un panorama crítico en materia ambiental. El calor seco no ha cesado en gran parte del territorio, y el impacto de los incendios forestales en 2025 ya supera por mucho al del año anterior.

Hasta el 6 de junio, la entidad acumula 111 incendios forestales, un aumento del 98 por ciento en comparación con los 56 siniestros registrados en el mismo periodo de 2024, de acuerdo con datos oficiales de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).

Actualmente, un incendio continúa activo en el municipio de Ciudad del Maíz, específicamente en el predio conocido como Palomas. Este siniestro mantiene apenas un 10 por ciento de control, ha afectado preliminarmente cinco hectáreas y es combatido por 24 brigadistas.

Lo paradójico de esta temporada es que, aunque los incendios casi se duplicaron, la superficie total afectada ha sido ligeramente menor. Hasta ahora se han consumido 16 mil 90 hectáreas, una cifra que representa una reducción del 3.6 por ciento respecto al mismo corte de 2024, cuando se reportaron 16 mil 702 hectáreas dañadas.

Las causas son diversas, pero la mayoría están relacionadas con la actividad humana; 51 fueron provocados por actividades agrícolas, 11 por quema de basureros, 9 por fogatas, 8 por fumadores, 7 por causas naturales, 6 por actividades pecuarias.

Además, tres fueron intencionales, y uno estuvo relacionado con festividades y rituales, así como otro por transporte, 13 incendios siguen sin causa identificada.

El patrón de este 2025 revela un fenómeno preocupante, aunque la temporada de lluvias ya ha iniciado, no ha sido suficiente para frenar la propagación del fuego. La combinación de temperaturas elevadas, vegetación seca y descuido humano sigue encendiendo focos rojos en varias regiones del estado.

Mientras tanto, el incendio en Ciudad del Maíz continúa activo, recordándonos que el peligro aún no termina. Las autoridades mantienen vigilancia constante, pero las cifras muestran que el problema no es solo de temporada, sino estructural.

La prevención, el manejo responsable del fuego y la educación ambiental son más urgentes que nunca.