El incesto emocional con tus padres no suena bien, ¿verdad? Pero es una dinámica sorprendentemente común, y no, no es incesto literal, sin embargo, es igual de dañino.
Como bien lo expresó el poeta Philip Larkin: “Tus padres a veces te arruinan. Puede que no quieran, pero lo hacen”. Si has tenido al menos una sesión de terapia (o, si acaso, has pasado más de cinco minutos navegando por TikTok), probablemente ya sepas que hay muchas maneras en que las relaciones inestables afectan.
A veces, los padres tratan a sus hijos como si fueran sus padres. Otras veces, los tratan como si también fueran adultos. En lugar de crear una dinámica sana, esto puede llevar a una relación tóxica. Es algo que los psicólogos llaman incesto emocional o encubierto.
¿Qué es el incesto emocional?
“El incesto emocional es una forma de abuso (no abuso físico ni sexual) que ocurre entre el padre (o cuidador principal) y el hijo. Sucede cuando los progenitores son incapaces de satisfaces las necesidades emocionales de sus hijos y ellos no reciben el apoyo adecuado de una relación adulta saludable”, explican Ariel Eversoll y su madre Theresa Ritcher del equipo de coaching madre-hija Mother to Daughter Healing.
El psicólogo Kenneth M. Adams acuñó el término “incesto encubierto” en la década de 1980, que se refiere a “un tipo de enredo entre un padre y un hijo donde los límites se difuminan y resultan en una dinámica familiar poco saludable”, continúa explicando.
¿Por qué ocurre el incesto emocional entre padres e hijos?
Puede surgir por diferentes razones, pero casi siempre ocurre cuando el padre no recibe el apoyo que necesita de una relación adulta (matrimonio o pareja), por lo que recurren a su hijo para satisfacer esas necesidades.
“El incesto emocional puede ocurrir en hogares monoparentales debido a un divorcio, una separación o un fallecimiento, donde el progenitor se vuelve emocionalmente dependiente de su hijo para desempeñar el rol de cónyuge, pareja o amigo”, dice Eversoll. “Incluso puede presentarse cuando ambos progenitores conviven. Si existe una brecha emocional entre los padres como infidelidad o pérdida de intimidad, uno de ellos puede buscar en su hijo lo que no recibe de su pareja”.
La dinámica suele darse entre padre e hijo y, a menudo, entre parejas de padre e hijo del sexo opuesto. Sin embargo, el incesto emocional puede existir en las relaciones madre-hija y padre-hijo”, añaden Ritcher y Eversoll. “Tras haber asesorado a muchas mujeres, así como a parejas madre-hija, observamos la dinámica del incesto emocional entre madres e hijas, que suele presentarse de dos maneras: la madre asume el rol de amiga o es dominante con su hijo, muy crítica y emocionalmente abusiva”, explica.
Es importante destacar que este patrón es inconsciente. “Esta disfunción en la relación padre-hijo se aprende y se transmite de generación en generación”, señalan los coaches. “El ciclo continuará hasta que alguien tenga la valentía de romperlo”.
¿Cómo afecta el incesto emocional?
El incesto emocional es perjudicial porque impone una carga excesiva al niño. Esta dinámica lo obliga a asumir una posición o rol para el que no está preparado, lo que repercute negativamente en su desarrollo mental y emocional. Los hijos que crecen en este tipo de relación, suelen sentirse culpables o avergonzados por tener sus propias necesidades, desarrollan un sentido fragmentado de sí mismos, carecen de autoestima y les cuesta conectar con sus iguales. Además, se pierden experiencias esenciales de la infancia como el juego, la exploración y la libertad de descubrir quiénes son.
A medida que estos niños crecen, también pueden descubrir que esta dinámica dificulta su capacidad para formar relaciones sanas. Puede generar confusión sobre su identidad y provocar ansiedad, depresión e incluso trastorno de estrés postraumático complejo (TEPTC).
¿Cómo identificar el incesto emocional?
En la práctica, el incesto emocional puede adoptar muchas formas. Comúnmente se manifiesta como la típica dinámica de “niño de mamá”. Si alguna vez has salido con un chico que parecía demasiado dependiente de su madre, y cuya madre parecía ser demasiado posesiva con él, puede que hayas estado lidiando con un caso clásico de incesto emocional. Piensa en Trey, el primer marido de Charlotte en Sex And The City, cuya madre estaba siempre presente e incluso se sentaba con él mientras se bañaba. ¡Qué cosas tan raras!
“Los hijos adultos pueden sentir instintivamente que algo no va bien en su relación padre-hijo, pero no logran identificarlo o no tienen palabras para describirlo”, dice Eversol. “Cuando decimos o escuchamos la palabra ‘incesto’, nos da asco. Así es exactamente como puede sentirse alguien que ha tenido una relación emocionalmente incestuosa con su padre o madre”.
Aquí hay algunas preguntas que los padres y los hijos adultos pueden hacerse para descubrir si el incesto emocional es parte de la dinámica entre padres e hijos.
Preguntas que pueden hacerse los padres:
1. ¿Dependes de tu hijo para que te brinde apoyo emocional?
2. ¿Estas compartiendo detalles inapropiados o íntimos sobre su vida romántica con tu hijo?
3. ¿Esperas que tu hijo renuncie a sus actividades para atender tus necesidades?
4. ¿Ves a tu hijo muy maduro y capaz de asumir responsabilidades de adulto?
5. ¿Sientes celos cuando tu hijo quiere salir con amigos o tiene un interés amoroso?
6. ¿Le da a tu hijo responsabilidades de adulto que le crean preocupación y estrés?
7. Cuando tu hijo expresa una necesidad, ¿le hace caso omiso?
8. ¿Intentas controlarlo todo en la vida de tu hijo?
9. ¿Ves a tu hijo como una prolongación de ti mismo y le impides explorar sus intereses
o expresar su individualidad?
10. ¿Siente que tu hijo es más tu amigo que tu hijo?
Preguntas que pueden hacerse los hijos:
1. ¿Tus necesidades emocionales fueron insatisfechas o descuidadas cuando eras niño?
2. ¿Te criticaron, avergonzaron o te hicieron sentir culpable por tener tus propias necesidades?
3. ¿Fuiste responsable de satisfacer las necesidades emocionales de tus padres cuando eras niño?
4. ¿Asumiste responsabilidades de adulto y sentiste que perdiste tu infancia?
5. Como adulto, ¿aún sientes la necesidad de cuidar emocionalmente a tus padres?
6. ¿Tiene dificultades para expresar sus propias necesidades emocionales con los demás, especialmente dentro de las relaciones amorosas?
7. ¿Tiene dificultades para establecer y mantener límites?
8. ¿Te sentiste como un mediador entre tus padres separados?
9. ¿Tus padres tuvieron conversaciones íntimas inapropiadas sobre sus parejas románticas que
te hicieron sentir incómodo?
10. ¿La relación con tu padre se parecía más a una amistad que a una
relación padre-hijo?
¿Cómo romper con el incesto emocional?
Desafortunadamente no siempre es un ciclo fácil de romper.
“Cuando existe incesto emocional en la relación padre-hijo, puede ser extremadamente difícil liberarse de esta dinámica en la edad adulta”, dice Ritcher. “Estos patrones están arraigados en nuestro subconsciente y se convierten en nuestro modelo para desenvolvernos en el mundo. Cuando existe este tipo de enredo, puede sentirse como si intentaras desenredar un millón de collares diferentes, tan entrelazados que no tienes ni idea de por dónde empezar. No es imposible, pero definitivamente puede parecerlo”.
Distanciarse del padre: No podemos sanar en el mismo espacio que se creó el daño, por lo que necesitamos alejarnos de la relación ya sea temporal o permanentemente en algunos casos.
Reflexiona y escribe en tu diario: Empieza a meditar y ser consciente del impacto que esta dinámica ha tenido en tu vida. No podemos cambiar nada si no somos consciente de ello primero.
Busca ayuda profesional de un terapeuta: El incesto emocional puede crear heridas psicológicas graves que pueden generar trastornos de salud mental.