La noche del 15 de marzo de 2025, Pedro García, un joven mexicano de 19 años, fue abatido por agentes de la policía dentro de su vivienda, luego de que su hermano menor, de tan solo 12 años, realizara una llamada al 911 para alertar que Pedro amenazaba a sus padres con un cuchillo.
El hecho ocurrió en un vecindario del sur de California y ha generado indignación por el uso excesivo de la fuerza policial.
Según lo muestran las cámaras policiacas, los agentes de Fullerton acudieron al domicilio tras recibir el llamado de emergencia y al llegar al lugar, encontraron a Pedro, quien minutos antes traía un cuchillo consigo y en aparente estado de crisis emocional.
A pesar de que una voz externa alertó que ya no portaba el arma blanca, uno de los agentes abrió fuego. Sin intentar diálogo o utilizar métodos de contención no letales, los policías dispararon al menos 30 veces contra el joven, provocándole la muerte inmediata. Ni perros entrenados, ni pistolas eléctricas, ni otro tipo de intervención especializada fue utilizada, pese a que los protocolos recomiendan estas medidas en casos que involucran personas con alteraciones emocionales.
Familiares y organizaciones de derechos humanos han cuestionado el actuar de la policía, señalando que Pedro sufría de problemas de salud mental y que era conocido por las autoridades locales. “No era un criminal, necesitaba ayuda, no balas”, declaró un tío de la víctima.
La familia García ha exigido una investigación exhaustiva y justicia para Pedro. Por su parte, el departamento de policía involucrado aseguró que los oficiales actuaron bajo una “amenaza inmediata”, aunque prometieron una revisión interna del procedimiento.
El caso ha reavivado el debate sobre el uso de fuerza letal por parte de la policía en Estados Unidos y la necesidad de mejorar los protocolos de atención a personas en crisis, especialmente en comunidades latinas.