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La tragedia de los medicamentos caducos en el IMSS de San Luis Potosí

Lupillo González | 21/05/2025 | 23:44

EN SAN LUIS POTOSÍ, MIENTRAS miles de derechohabientes del IMSS se enfrentan cada día a la cruda realidad de no encontrar los medicamentos que necesitan para sobrevivir, toneladas de fármacos se pudren en bodegas. Literalmente. Medicinas que podrían haber salvado vidas, aliviar sufrimientos, estabilizar enfermedades, simplemente fueron olvidadas hasta caducar. Y lo más insultante: ahora se tienen que pagar millones para deshacerse de ellas.
 
CON DOCUMENTOS EN MANO, SE confirma que el pasado 24 de abril se otorgó, por adjudicación directa, un contrato por 2 millones 145 mil 726 pesos a la empresa Medam S de RL de CV para encargarse de recolectar, trasladar y disponer de esos medicamentos caducos y sustancias peligrosas que, irónicamente, jamás cumplieron su propósito en los hospitales ni en las Unidades de Medicina Familiar del IMSS.
 
¿DÓNDE ESTUVIERON ESOS medicamentos antes de que vencieran? ¿Quién permitió que murieran en cajas, sin llegar jamás a las manos de quienes los necesitan con desesperación?
 
LOS NOMBRES ESTÁN AHÍ, NO SE pueden esconder: Edson Hernández Román, ingeniero encargado de los asuntos administrativos, y conocido amigo de Luis Alberto Martínez Villuendas, prófugo de la justicia por un presunto desfalco millonario en el IMSS.
 
LE SIGUE FÁTIMA GUADALUPE Guevara López, encargada de suministros, quien tranquilamente se fue de vacaciones al Medio Oriente mientras aquí faltan antibióticos y analgésicos. Y no olvidemos a Marisol Mier, jefa del Abasto de la Delegación, sobre quien pesan ya señalamientos graves por actos de corrupción.
 
A ESTOS PERSONAJES SE LES suma la omisión de la delegada del IMSS en San Luis Potosí, Angélica Cristina Rodríguez Nester, junto con su equipo de confianza: Marisol Mier Castillo, Cristina Lizzeth Cuéllar Ángeles y Rosalío Martínez Noyola. Todos, sin excepción, responsables de un sistema enfermo, podrido y ahora, además, inútil.
 
UNA FUENTE AL INTERIOR DE LA delegación asegura que podrían ser más de 50 toneladas de medicamento caducado. Cincuenta toneladas de salud desperdiciada. ¿Cómo es posible que esto ocurra cuando pacientes tienen que peregrinar de farmacia en farmacia del IMSS rogando por una caja de pentoxifilina, de losartán o incluso de paracetamol?
 
¿DÓNDE QUEDÓ LA ÉTICA, EL compromiso con la salud pública, el juramento de servicio al pueblo? ¿Qué tiene que pasar para que se castigue a quienes permitieron esta barbarie?
 
Esto no es solo una falta administrativa. Es una tragedia social. Es un crimen moral. Es un acto de desprecio por la vida humana.
 
ES INADMISIBLE QUE CUANDO existe una impresionante falta de medicamentos en el IMSS, se caduquen toneladas de estos en San Luis Potosí.
 
ALGUIEN TIENE QUE PAGAR POR esto. Porque aquí, mientras las medicinas se vencen, también se vence la paciencia de los enfermos. Y lo que se pierde ya no se recupera: vidas, salud, confianza.
 
TODO, POR LA NEGLIGENCIA DE UNOS CUANTOS.