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Ninguna recomendación de consumo de alcohol es aceptable: sociedades médicas

EFE | 16/05/2025 | 11:51

No existe ningún nivel de consumo de alcohol beneficioso para la salud por lo que no son aceptables los términos “consumo moderado”, ni “consumo responsable”, por lo que ningún profesional sanitario debe dar una recomendación de consumo de alcohol, según el posicionamiento alcanzado por quince sociedades médicas firmantes de un manifiesto al que se han adherido otras seis.
 
Este consenso sobre la no recomendación de consumo de alcohol forma parte de un compromiso de las sociedades médicas y científicas para la prevención del consumo de estas bebidas y proponen en el manifiesto líneas de acción relativas a la publicidad, los impuestos o programas educativos.
 
Se explica que el consumo de alcohol es la segunda causa prevenible de mortalidad en España con cerca de 15.000 fallecidos al año.
 
También supone una “enorme” carga de morbilidad para más de 200 enfermedades y problemas de salud”, entre ellos:
 
Hepatopatía crónica por alcohol, que es la primera causa de trasplante hepático en Espñaa.
Enfermedades cardiacas y vasculares: hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, ictus, cirrosis, fibrilación auricular.
Siete tipos de cánceres diferentes.
Adicción, psicopatologías, lesiones (personales y a terceras personas) y problemas sociales (familiares, laborales, peleas, siniestros viales, trastornos del espectro alcohólico fetal, etc).
Además, en el 28 % de los accidentes de tráfico con víctimas, el conductor da positivo en alcohol.
 
Tanto el consumo habitual de riesgo como el consumo intensivo ocasional, el atracón de alcohol, se asocian con problemas de salud.
 
El consumo en personas menores de edad altera el desarrollo cerebral y predice problemas futuros de comportamiento y rendimiento académico.
 
Las sociedades firmantes del manifiesto contra el consumo de alcohol citan los datos de la encuesta ESTUDESi: el 53,6 % de los menores entres 14-18 años han consumido alcohol en el último mes y se 20,8 % se ha emborrachado.
 
Entre las personas de 18 a 64 años, en el último mes, han consumido bebidas alcohólicas el 63,5 %, y un 16% de este grupo de población han tenido un episodio de “binge drinking” (atracón de alcohol).
 
También señalan que el 10,5 % consumen a diario y el 6 % tienen un evidente consumo de riesgo, lo que representa el 7,1 % de los varones y 4,8 % de las mujeres de 15 a 64 años.
 
Lineas de acción contra el impacto del alcohol
 
El posicionamiento alcanzado por estas sociedades médicas recoge unas líneas de acción necesarias para recucir el impacto en la salud de las bebidas alcohólicas:
 
1- Reducir la demanda de alcohol: En primer lugar, alineando los impuestos del alcohol con la media europea (actualmente son sensiblemente más bajos) para reducir el consumo, especialmente en menores y población vulnerable. El impuesto debería tener dos componentes, uno lineal para todas las bebidas con alcohol (precio mínimo unitario) y otro proporcional al grado alcohólico.
 
2.- Regular de forma estricta la publicidad: La promoción y el patrocinio, directo o indirecto, de las bebidas alcohólicas en medios convencionales y digitales (“influencers” incentivados). Especialmente en recintos educativos y deportivos, o cualquier espacio donde acudan personas menores. Las bebidas 0,0 también deben estar incluidas en esta regulación por evocar el consumo de bebidas alcohólicas y servir de puerta de entrada a personas que no deben consumir alcohol.
 
3.- Desarrollar un etiquetado con mensajes sobre contenido energético, el perfil nutricional, los riesgos en personas menores de edad y embarazadas, los riesgos en conducción de vehículos y los riesgos genéricos para la salud, incluido algunos tipos de cáncer.
 
Este etiquetado tiene evidencia científica en la reducción del consumo de alcohol y la protección de la ciudadanía frente a la manipulación de colectivos con intereses económicos en la producción, distribución y su comercialización. Las personas consumidoras tienen derecho a esta información para tomar sus decisiones.
 
4.- Vigilar la prohibición del consumo de alcohol en la vía pública apelando a que los ayuntamientos cumplan sus propias normativas al respecto. Las multas por este comportamiento podrían sustituirse también por el acceso a programas educativos sobre el alcohol. Reforzar vigilancia de alcohol al volante, con el objetivo 0,0.
 
5. Reducir la oferta: Regular estrictamente los puntos de venta, horarios y accesibilidad especialmente para las personas menores de edad. Es importante regular la exposición de las bebidas alcohólicas en locales de venta y supermercados. Además, en la hostelería, prohibir las ofertas y promociones 2×1, happy hours, etc. Asimismo, hay que evitar divulgar premios y sorteos dirigidos a jóvenes en internet, prohibir venta de bebidas para niños que emulen bebidas alcohólicas, etc.
 
6.- Implementar programas educativos con participación de las familias: Estos programas deben basarse en experiencias exitosas, estar bien evaluados y contar con la participación e implicación de la comunidad educativa en su conjunto (alumnado, familias y profesorado), y sin participación de la industria del alcohol.
 
7.- Mejorar la asistencia sanitaria y social: Desde las sociedades científicas y administraciones sanitarias se debería impulsar el cribado, la formación en Intervención Breve en consumo de riesgo y perjudicial de alcohol mediante programas específicos de formación en pregrado y postgrado, así como en la formación continuada de los servicios de salud.
 
8.- Promover ocio libre de alcohol: impulsar la creación y promoción de espacios de ocio y alternativas saludables destinadas especialmente a la población joven y a las familias, con el fin de normalizar conductas de no consumo y actitudes positivas hacia un estilo de vida libre de alcohol.
 
9.- Priorizar la investigación en prevención: Imprescindible financiar programas de investigación dirigidos a la prevención de los problemas relacionados con el alcohol.
 
El objetivo del manifiesto contra el alcohol
 
El objetivo de este manifiesto es promover la filosofía de que, respecto al alcohol, ‘cuanto menor sea el consumo, mayores serán los beneficios para la salud’ ya que no existe un umbral de consumo seguro de esta sustancia.
 
Si bien el consumo cero de alcohol puede no ser una meta inmediatamente alcanzable para toda la población, resulta imprescindible en determinados grupos y circunstancias: personas menores de edad, jóvenes, durante la gestación y la crianza y entre las personas que conducen vehículos.
 
En estos casos, la abstención total debe constituir un objetivo innegociable para la salud pública.
 
Más de una veintena de sociedades médicas y científicas
Las sociedad científicas promotoras de este manifiesto son las sociedades españolas de Medicina Interna (SEMI); de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC); de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS); de Diabtes (SED); de Ginecología y Obstetricia (SEG); de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN); de neurología y de Estudios sobre el Alcohol y otras Toxicomanías (Socidrogalcohol).
 
También lo han suscrito las asociaciones españolas de Enfermería y Salud Pública (ACEESE); Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (Adenyd); para el Estudio del Hígado (AEEH); de Enfermería Pediátrica (AEEP), de Pediatra (AEP); de Enfermería Comunitaria y la Academia Española de Nutrición y Dietética.
 
Y las que se han adherido a esta iniciativa son: Sociedad Española de Hemtología y Hemoterapia (SEHH)), la Canaria de Salud Pública (SCSP); la de Epidemiología (SEE); la de Salud Pública de Cataluña y Baleares; la Red de Atención Primaria (REAP); la Asociación Española de Gastroenterología; la Asociación de Economía de la Salud; la de residentes de Medicina Preventiva y Salud Pública y el grupo EJE.