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Alimentos del Bienestar permanecen sin un objetivo claro

Vanguardia | 11/05/2025 | 15:47

Chocolate, miel, frijol y café son algunos de los productos que forman parte de la Alimentación para el Bienestar, anunciados por la presidenta Claudia Sheinbaum. Tal como en los gobiernos priistas y panistas, la propuesta no tiene una ruta definida, transparencia y enfrentará problemas de abasto y logística, consideran especialistas.
 
‘No hay una política clara en el sentido de dónde se distribuyen y se venden, cómo se estructura la ganancia del producto, dónde se queda. Como los coches eléctricos, es reflejo de que son ocurrencias, no sabemos cuál es el plan de negocios del gobierno y cómo está supliendo necesidades básicas de la gente. Habría que preguntarnos si el consumo de chocolate o miel son necesidades básicas de la población’, expresa Gustavo López Montiel.
 
El profesor de la Escuela de Ciencias y Gobierno del Tecnológico de Monterrey critica que el gobierno federal no está inserto en una política estructurada de apoyo a los productores, empaquetadores y consumidores. Además, expresa que no se concentran en productos de la canasta básica como el azúcar, aceite o tortillas.
 
‘No hay estudios de mercado respecto a los gobiernos anteriores, la condición es peor, porque ni siquiera hay una idea que sustente todo el proceso. En los otros gobiernos por lo menos estaba la leche, cereales; obviamente hacían fraudes, había corrupción porque compraban leche más cara o compraban leche y no la distribuían, pero al final de cuentas había un planteamiento de negocio y aquí no’, expone.
 
El 5 de abril pasado, María Luisa Albores González, directora general de Alimentación para el Bienestar, informó que en las Tiendas del Bienestar cuesta seis pesos el kilo de maíz, el mismo precio que en centros de acopio: ‘Es ahí donde entra la empresa del Estado mexicano Alimentación para el Bienestar para colocar un precio base a pequeños productores, pero también coadyuvar a las y los consumidores que menos tienen’, dijo Albores González.
 
Desde finales de abril, el chocolate y la miel envasados ya están a la venta con Tarjetas Bienestar. Y este mayo comenzará la venta de otros productos al implementar una planta procesadora de cacao para los tres productos estrella de esta iniciativa: chocolate de mesa, chocolate de barra y chocolate en polvo como bebida. También habrá una planta envasadora y procesadora de miel en Yucatán.
 
Gustavo López Montiel explica que desde hace décadas los gobiernos implementaban, compraban y se encargaban de suministrar productos y tiendas en consecuencia a las políticas económicas de esas épocas, en las que solo se consumía lo que había en México, pues no había importaciones tan amplias como las que hay ahora.
 
‘Algunos tenían cierta restricción, por ejemplo, el azúcar estaba controlada, había un control de la producción y también de los precios. Era un tipo distinto de construcción de productos, los productos que está planteando el gobierno contienen sodio, azúcar, grasas, no se dice por qué están distribuidos por el gobierno, infringen las propias reglas’, menciona.
 
También cuestiona que solo en unos estados llegarán estos productos, por lo que, a su parecer, la Alimentación para el Bienestar estará en desuso en un par de años, pues la distribución en zonas rurales es costosa.
 
Mientras que el doctor Mauricio Hernández, académico e investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (Equide) de la Universidad Iberoamericana, coincide en que es uno de los principales retos de la Alimentación para el Bienestar.
 
‘Es caro y, de hecho, si el sector privado no ha hecho esta provisión de alimentos a ciertas áreas, es precisamente porque no es rentable desde el punto de vista privado. Es muy importante que bajo un esquema de derechos, el derecho a la alimentación adecuada y a la salud, el gobierno partícipe desarrollando una red de abasto público de alimentos para que los básicos y recomendables puedan llegar a toda la población’, explica.
 
Al recordar que hay zonas de alta marginación, pobreza urbana, poca disponibilidad e inseguridad alimentaria a lo largo y ancho del país, señala que el sector privado no cubre estas necesidades, por lo que deben existir productos básicos a disposición de la población, que deben ser monitoreados y evaluados adecuadamente.
 
‘Otro desafío también tiene que ver con cómo se gobiernan estas Tiendas del Bienestar, son esfuerzos comunitarios, deben instalarse tiendas a solicitud de la población y hacerse pequeños comités dentro de las comunidades. Es complejo que las personas se pongan de acuerdo, que haya alguien que tenga el apoyo de la comunidad para gestionar estas tiendas’, subraya.