Ericka Segura | Plano Informativo | 17/04/2025 | 13:07
San Luis Potosí, SLP.- San Luis Potosí se prepara para vivir, este viernes 18 de abril de 2025, una de sus noches más trascendentales. La Procesión del Silencio, emblema de la espiritualidad y la identidad potosina, celebra su 72ª edición consolidándose no sólo como un evento religioso, sino como un fenómeno cultural de resonancia internacional.
Más que una manifestación litúrgica, esta procesión es el eco sagrado de generaciones que han encontrado en el silencio una forma de expresión profunda, una liturgia sin palabras que estremece y transforma. Su solemnidad ha cautivado a visitantes de todo el mundo y ha convocado este año a figuras internacionales como Inés María Puyalto de Montoya, presidenta de la Red Mundial de Ciudades de Turismo Religioso, entre otros representantes de América Latina y Asia.
Cada Viernes Santo, el centro histórico potosino se convierte en un escenario de recogimiento. Las luces bajan, las voces se apagan y solo el sonido pausado de los tambores y cornetas anuncia el paso de algo que va más allá de lo visual: una experiencia espiritual que se siente con el alma.
A partir de las 20:00 horas, se activará un recorrido de 3.5 kilómetros por calles empedradas, entre joyas arquitectónicas virreinales que enmarcan una de las procesiones más respetadas del mundo. Participan 32 cofradías, quienes, en un orden simbólico, representan los 23 pasos del Vía Crucis, culminando con el imponente paso de palio de Nuestra Señora de la Soledad, obra del maestro Sixto Muñoz.
Los protagonistas invisibles, los costaleros, cargan sobre sus hombros los pasos o andas, protegidos por costales de ixtle. Cubiertos por capuchas, descalzos o con cadenas en señal de penitencia, todos son parte de una misma esencia: la fe sin rostro, la devoción sin ego.
Aunque formalmente inició en 1954, gracias al impulso del Fray Nicolás de San José, su origen se hunde mucho más atrás en el tiempo. Documentos de 1815 ya hablaban de procesiones que reunían a miles. Desde entonces, la tradición ha evolucionado desde las expresiones españolas hasta abrazar el mestizaje mexicano: charros, Adelitas, mujeres de rebozo, matanceros, romanos... todos marchan en un mismo compás de respeto.
Esta mezcla de historia, religiosidad y cultura llevó a que en 2013 fuera declarada Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado. Hoy se perfila como la segunda procesión del silencio más importante del mundo, sólo después de la de Sevilla, en España.
El deseo de fortalecer este vínculo ha motivado a las autoridades potosinas a iniciar un proceso de hermanamiento oficial con la procesión sevillana, un hecho que consolidaría su carácter universal.
La edición 72 de la procesión no solo ha cuidado el detalle litúrgico, también ha dado pasos importantes en inclusión y accesibilidad. Por primera vez, habrá intérpretes de Lengua de Señas Mexicana, audiodescripción para personas ciegas y réplicas táctiles de los elementos del recorrido. Se destinará un espacio especial para personas con discapacidad frente al Museo del Virreinato, y una exposición sensorial se exhibirá en el Palacio Municipal.
Además, las cofradías han abierto la posibilidad de integrar a personas con discapacidad, abriendo nuevas formas de participación en esta tradición.
Se espera una afluencia turística superior a las 15,000 personas, de las cuales al menos un 15% serán visitantes internacionales. Para quienes deseen vivir la experiencia desde un lugar privilegiado, se han dispuesto 4,500 sillas a lo largo del recorrido, con precios que van de 70 a 120 pesos. Las zonas preferenciales, como las plazas principales, tendrán un costo de 270 pesos. Los boletos están disponibles en la plataforma SuperBoletos.
Turistas que lleguen por Aeroméxico podrán acceder a descuentos especiales, y los paquetes turísticos incluyen hospedaje, transporte y acceso garantizado a la procesión. La ceremonia coincidirá con el Festival San Luis en Primavera, enriqueciendo la oferta cultural y recreativa de la ciudad.
Más de dos mil personas participan activamente, pero el número real de involucrados es incalculable. Desde quienes bordan túnicas, preparan pasos, coordinan logística, hasta quienes cantan desde los balcones los desgarradores versos de las saetas.
Y es que en esta procesión, todos son uno. Todos, sin importar ocupación, edad o estatus, marchan cubiertos por la misma tela, con el mismo paso, y con la misma esperanza. Obreros, músicos, políticos, estudiantes, -todos bajo el velo de la igualdad espiritual.-
La Procesión del Silencio no se mira: se vive. No se escucha: se siente. No se recorre con los pies, sino con el corazón.
Este 18 de abril, San Luis Potosí no solo ofrecerá una procesión, sino un espejo del alma colectiva. Una oportunidad para redescubrir el valor del silencio en un mundo ruidoso.
Porque, como dicen los cofrades más antiguos: "En el silencio, lo sagrado se escucha mejor."
¿Vas a estar ahí?
No olvides respetar el silencio, apagar el celular, y abrir el corazón. La tradición potosina no pide otra cosa. Solo fe, silencio… y alma.