San Luis Potosí, SLP.- Lo que debía ser una intervención médica terminó en una tragedia que sacude a la sociedad potosina. Una joven mujer perdió la vida tras someterse a un aborto en un consultorio clandestino de la colonia Fovissste, un lugar sin regulación sanitaria, ni personal especializado. Su muerte no solo deja dolor y preguntas sin respuesta, también evidencia los peligros de la desinformación y la desesperación.
La Fiscalía General del Estado de San Luis Potosí (FGESLP), encabezada por María Manuela García Cázares, confirmó que el procedimiento fue realizado por un supuesto médico sin especialización en ginecología y en condiciones totalmente irregulares. La víctima, con más de 12 semanas de gestación, acudió al sitio junto a su esposo y su suegra. Sin embargo, en pleno procedimiento, el falso profesional abandonó a la paciente, dejándola en manos de una asistente sin preparación médica.
Horas más tarde, la mujer fue hallada sin vida en el interior de una camioneta estacionada frente al consultorio, mientras sus familiares intentaban llevarla al hospital. Al llegar los paramédicos municipales, sólo pudieron confirmar el fallecimiento.
“La necropsia reveló que en el útero de la víctima aún se encontraban la placenta y restos del feto”, explicó la fiscal García Cázares. La asistente del médico ya fue judicializada, y el presunto responsable sigue prófugo.
¿Por qué acudir a un lugar clandestino, cuando el aborto ya es legal y seguro en SLP?
Desde el 2024 el aborto es legal en San Luis Potosí hasta la semana 12 de gestación, un avance en derechos reproductivos que buscó garantizar a las mujeres condiciones seguras, dignas y gratuitas. El Hospital del Niño y la Mujer brinda este servicio de manera profesional y sin costo, con atención médica especializada y seguimiento integral.
Y, sin embargo, esta joven no llegó ahí. ¿Fue por desconocimiento? ¿Por miedo? ¿Por desconfianza? Esas respuestas se las lleva el silencio de su partida.
Este hecho lamentable no solo refleja una falta de regulación, sino también una deuda pendiente con la información. Porque de nada sirve un derecho conquistado si no se difunde, si no se garantiza su acceso real en todos los niveles sociales. La clandestinidad no debería seguir siendo una opción cuando existen caminos seguros.
El acceso a la salud no debe depender del estatus económico, del miedo al juicio social ni del desconocimiento. Las vidas de las mujeres no pueden seguir en juego por decisiones desesperadas tomadas en la sombra.
La muerte de esta joven no debe ser una cifra más en las estadísticas. Es una voz que nos obliga a actuar como sociedad, a exigir mayor vigilancia sobre los consultorios irregulares, pero también a fomentar la educación sexual, la difusión clara de los servicios disponibles y el acompañamiento real a quienes enfrentan decisiones difíciles.
Porque garantizar el derecho al aborto legal no es suficiente si las mujeres siguen muriendo por no saber que lo tienen.