San Luis Potosí, SLP.- Mientras las redes sociales estallan en críticas por la comercialización de espacios para observar la emblemática Procesión del Silencio en San Luis Potosí, la Iglesia católica ha decidido alzar la voz para deslindarse por completo.
Tomás Cruz Perales, portavoz del Arzobispado potosino, aclaró que la Iglesia no es organizadora, ni mucho menos vendedora de asientos. En medio del creciente descontento ciudadano, Cruz Perales buscó apagar los rumores y centrar el papel de la Iglesia en lo que asegura es su única función, el acompañamiento espiritual.
A través de las cofradías, grupos de feligreses que participan en la Procesión, es como la institución religiosa mantiene presencia. A veces, incluso se cuenta con la presencia del arzobispo Jorge Cavazos Arizpe. Pero más allá de eso —recalca el vocero—, las gestiones comerciales, como la polémica venta de sillas en pleno Centro Histórico, no son de su incumbencia ni responsabilidad.
“Que se entienda bien, la dimensión mercantil no forma parte del rol de la Iglesia en este evento”, sentencio Tomás Cruz.
El vocero dejó en el aire una pregunta que muchos se hacen: ¿quién sí está detrás de la comercialización? La Iglesia dice no saberlo.