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HOMILÍA: Ni más buenos, ni peores

Pbro. Lic. Salvador González Vásquez | 23/03/2025 | 06:33

Nuestras vidas, no admiten comparación; porque nadie es mejor, o peor que el otro.

Hay quien de bueno, puede llegar a ser malo; y de malo llegar a ser bueno. Esto, lo han asegurado algunos místicos.

Mientras  estemos en este mundo, siempre estaremos expuestos a fallar, o  a mejorar.

Aunque, es preferible pensar, que al estar en este mundo, siempre tendremos  oportunidad de mejorar la vida.

Una vez, que concluya la existencia, se acaban  las oportunidades.

Cuando alguien muere  en desgracia, no hay que estar indagando, si esa persona era peor, de lo que somos nosotros.

Hoy, el Señor nos hace una aclaración, y dice: “¿Piensan ustedes que aquellos galileos, porque les sucedió esto, eran más pecadores que todos los demás galileos? Ciertamente que no; y si ustedes no se convierten, perecerán de manera semejante”. (Lc.13).

Hay que dar gracias a Dios, por la oportunidad de vivir cada día.

La  vida, es la mejor oportunidad, para mejorar nuestra existencia.

No perdamos el tiempo, buscando la causa de una desgracia ajena.

Si al otro le fue mal,  no es porque haya sido peor que nosotros.

Es mejor que valoremos cada  día de la existencia. Y que ésta,  sea la razón para volver a Dios;  dando gracias por  la oportunidad de vivir.

Y también, pedir la fuerza para superar nuestros errores.

Pbro. Lic. Salvador Glez. Vásquez.

 

Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 13, 1-9
En aquel tiempo se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían.
 
Jesús respondió:
«Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera».
 
Y les dijo esta parábola:
«Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.
 
Dijo entonces al viñador:
“Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”.
 
Pero el viñador respondió:
“Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».