San Luis Potosí, S.L.P.– En medio de una crisis en la relación México–Estados Unidos, el aumento de aranceles y la amenaza de una desaceleración económica, no es el momento más oportuno para implementar la reforma que reduce la jornada laboral a 40 horas, advirtió Daniel Escobedo, presidente de la Asociación de Ejecutivos de la Gestión del Talento Humano A.C.
Sin embargo, reconoció que dicha reforma es inevitable, ya que fue una promesa de campaña de la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Por ello, propuso que la transición de una jornada de 48 a 40 horas se realice de manera gradual y generalizada.
“La reducción podría aplicarse en etapas: dos horas menos el primer año, dos más el siguiente, y así progresivamente”, sugirió Escobedo.
Advirtió que esta modificación representaría un impacto de hasta 20% en los costos de producción para las empresas, lo que podría tener consecuencias diversas en el mercado laboral.
Por un lado, algunas empresas podrían recortar personal para compensar los costos; por otro, podrían optar por contratar a más trabajadores para cubrir las horas faltantes, lo que podría afectar la productividad.
Escobedo concluyó que, ante cualquier escenario, las empresas deben comenzar a prepararse desde este año para enfrentar los cambios que se avecinan.