Ucrania sigue luchando por mantener su presencia en la región rusa de Kursk, a pesar de los avances de las tropas del Kremlin y de la intención del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de librar al país invadido de una vía para fortalecer su posición negociadora.
"Los informes sobre el supuesto 'cerco' del enemigo a las unidades ucranianas en la región de Kursk son falsos y fabricados por los rusos para manipular políticamente y ejercer presión sobre Ucrania y sus socios", informó el Ejército de Ucrania este viernes.
Según su comunicado, las unidades ucranianas se han retirado con éxito a posiciones defensivas más ventajosas y siguen repeliendo los ataques de Rusia, pero no se enfrentan a ninguna amenaza de cerco.
"A pesar del aumento de la presión del Ejército ruso-norcoreano, mantendremos la defensa en Kursk mientras sea apropiado y necesario", subrayó anteriormente el comandante en jefe Oleksandr Sirski.
Si parte de Kursk sigue bajo control ucraniano cuando cesen los combates, será una enorme "bofetada política" para Putin, que le costará explicar a su población, declaró el exministro de Exteriores Volodímir Ogrizko al medio ucraniano Glavred.
"Creo que el combate se volverá extremadamente intenso allí, porque Putin necesita que las tropas ucranianas estén fuera de allí antes del posible final de la fase activa de la guerra", subrayó.
Un as para las negociaciones
A pesar de la retirada de las fuerzas ucranianas de algunas zonas de Kursk, han evitado una derrota aplastante, declaró a EFE el analista militar Oleksandr Kovalenko, del Grupo de Resistencia Informativa.
Las fuerzas ucranianas permanecen en la región, más cerca de la frontera, y siguen luchando para mantener al enemigo más lejos del territorio ucraniano y preservar un argumento importante para cualquier posible negociación, señaló.
"No importa si las tropas ucranianas controlan allí 250 o 150 kilómetros cuadrados. Su sola presencia en Rusia debilita la posición negociadora rusa", subrayó.
Aunque la línea del frente en Kursk sigue siendo cambiante, el avance de Rusia se ha ralentizado después de que las fuerzas ucranianas establecieran una defensa al suroeste y al oeste de Sudzha, una ciudad clave en la zona de combate.
Ucrania también ha mejorado su logística gracias a las contramedidas activas contra los drones del enemigo y ahora está en mejores condiciones de apoyar a sus tropas restantes en Kursk con artillería y drones, explicó Kovalenko.
Una retirada forzada pero organizada
Según este experto, el Ejército ucraniano se retiró de forma organizada, quedando sólo algunas unidades para cubrir su retirada.
La necesidad de hacerlo se hizo evidente cuando, a principios de 2025, Rusia restringió severamente la logística de las fuerzas ucranianas que se encontraban más alejadas de la frontera.
La incapacidad de Ucrania para encontrar una solución las dejó sin suficientes entregas de armas y con escaso apoyo de artillería y drones.
La retirada de la parte norte del área controlada en Kursk por Ucrania llevaba varias semanas en marcha y se aceleró después de que una decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, dejara a los ucranianos sin datos cruciales de inteligencia sobre el campo de batalla.
Presión y pérdidas de Rusia
Según el general Sirski, las fuerzas rusas intentan desplazar a las tropas ucranianas de Kursk y trasladar el combate al territorio de las cercanas regiones ucranianas de Sumi y Járkov.
Sus intentos de penetrar más profundamente en Sumi, hacia Basivka, para cortar la logística de las fuerzas ucranianas que quedan en Kursk son cada vez más intensos, pero no han tenido éxito, según el Servicio de Guardia de Fronteras de Ucrania.
En Kursk, Rusia lanza a diario decenas de bombas aéreas contra su propio territorio y envía múltiples tropas norcoreanas al asalto, según informan desde la línea del frente.
La prioridad de Ucrania es salvar la vida de sus soldados, lo que significa que "maniobren hacia posiciones más ventajosas" siempre que sea necesario, destacó Sirski.
Asimismo, señaló que Rusia ha sufrido importantes pérdidas allí mientras intentaba "alcanzar sus objetivos políticos a cualquier precio".
Según estimaciones no verificadas de Kiev, Rusia ha perdido casi 55.000 soldados muertos, heridos o capturados en más de siete meses de ofensiva sorpresa de Ucrania, así como 2.100 piezas de equipo pesado.