Mujeres mineras: el desafío de la inclusión en un sector dominado por hombres

San Luis Potosí, SLP.- En un sector históricamente dominado por hombres, las mujeres mineras siguen enfrentando múltiples obstáculos para lograr una verdadera inclusión y reconocimiento en su labor.

Más allá de los riesgos inherentes a la profesión, como la exposición a accidentes y condiciones extremas, muchas trabajadoras lidian con barreras impuestas por sus propios compañeros de trabajo, quienes aún no terminan de aceptar su presencia en el rubro.

“La parte más difícil de este trabajo es que aún no nos aceptan al 100 por ciento como mujeres mineras por los compañeros, se han presentado ocasiones en las que requerimos de su apoyo y no lo brindan solo por el simple hecho de que somos mujeres; ellos todavía no se hacen a la idea de que puede haber mujeres mineras. Todas las mujeres mineras estamos luchando para que se nos valore igual, pues podemos hacer el mismo trabajo que los hombres”, comparte Miranda García Sandoval, de 24 años, que desde hace tres años es minera, en la Unidad de Grupo México en el municipio de Charcas, siendo esta actividad la principal economía del municipio en el Altiplano potosino.

Su pasión por este oficio proviene de su familia minera, por su padre y hermano, que han dedicado su vida a este trabajo de gran riesgo, pero su experiencia ha estado marcada por barreras impuestas por el simple hecho de ser mujer: "Lo que más me gusta de mi trabajo es bajar al socavón, supervisar la carga y asegurarme de que los minerales sean extraídos correctamente", cuenta Miranda. Sin embargo, a pesar de los avances en normativas de seguridad y equidad laboral, muchas mineras siguen sintiéndose en desventaja por la falta de apoyo y el rechazo de sus compañeros. En un sector liderado por ellos, en diversas ocasiones la necesidad de orientación y respaldo se ha visto frustrada por actitudes discriminatorias, donde el género sigue siendo un factor determinante en la dinámica laboral.

“Lo más difícil que me enfrentando en mi trabajo es que no nos han aceptado a la mujer minera, y vas a una área y los mismos compañeros no te explican bien los procesos que tienes que hacer ni los riesgos que puede haber ni lo peligroso que puede estar”.

Las mujeres que ejercen esta profesión también deben lidiar con el peso emocional de dejar a sus familias atrás mientras enfrentan un entorno de alto riesgo: “lo más riesgoso de ser mujer minera es dejar a mi hija y llegar al trabajo y enfrentare a los riesgos que puede haber; sabemos que hay medidas de seguridad pero nunca sabemos cuándo puede ocurrir un accidente minero, llegamos a la empresa pero no sabemos si salimos con bien”, expresa la joven minera.

Aún con estos retos, la determinación de las mujeres en la minería no se detiene, muchas siguen luchando para que su labor sea valorada en igualdad de condiciones, demostrando que pueden desempeñarse con la misma capacidad y eficacia que sus compañeros hombres.

“A las mujeres que quieren ser mineras, les diría que se arriesguen, que dejen el miedo atrás y que ignoren los comentarios negativos. A pesar de las barreras, este es un buen trabajo y podemos demostrar que somos capaces”, concluye Miranda, esperando que el cambio en la minería no solo dependa de las mujeres que hoy alzan la voz, sino de un esfuerzo conjunto para transformar una industria que aún tiene pendiente la tarea de garantizar la verdadera inclusión.