Lunes 3 de Marzo de 2025 | Aguascalientes.
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La industria automotriz estadounidense podría ser un daño colateral en las guerras comerciales de Trump

Vanguardia | 02/03/2025 | 15:25

Las guerras comerciales del presidente Donald Trump amenazan con cobrar una víctima en el frente interno: la industria automotriz estadounidense.

Si el mandatario impone aranceles de 25% a las importaciones de Canadá y México a partir del martes, afectará a más de 300.000 millones de dólares en comercio automotriz anual de Estados Unidos con sus dos vecinos, destruirá cadenas de suministro que han operado durante décadas y probablemente aumentará el ya elevado precio de los autos nuevos.

Los aranceles representan una amenaza “existencial” para la producción automotriz de América del Norte, afirmó David Gantz, investigador del Instituto Baker para Políticas Públicas de la Universidad de Rice. Harán que aumente “el costo de todo lo que se importe de México o Canadá y que se utilice en un automóvil ensamblado en Estados Unidos”.

Kelley Blue Book indica que los aranceles de Trump podrían elevar en 3.000 dólares o más el precio promedio de un auto nuevo en Estados Unidos, que ya se acerca a los 49.000 dólares. El precio de algunas camionetas pickup de tamaño completo podría dispararse 10.000 dólares.

El sufrimiento económico se intensificaría si Canadá y México responden con aranceles a las exportaciones estadounidenses.

“El impacto económico de un arancel sostenido de 25% sobre Canadá y México sería severo, con represalias totales que probablemente llevarían a Canadá y México a una recesión y a Estados Unidos a un punto de crecimiento estancado”, escribió Andrew Foran de TD Economics. Foran calcula que los aranceles de 25% reducirían las ventas de autos 13,6% al año en Canadá y 10,6% en Estados Unidos.

Los aranceles de Trump trastocarían las cadenas de suministro automotriz en América del Norte

Desde 1965, cuando Estados Unidos y Canadá eliminaron los aranceles mutuos a los autos y refacciones automotrices, América del Norte se convirtió en una potencia integrada de fabricación automotriz. México fue incluido en el acuerdo comercial regional de 1994, y en otro, negociado por el propio Trump en 2020.

“El hecho de que puedas acceder a acero y aluminio relativamente baratos de Canadá, que puedas utilizar la mano de obra de bajo costo en México para ensamblar autos, y que puedas aprovechar la gran experiencia técnica y la tecnología de Estados Unidos, hace que América del Norte sea un lugar increíblemente competitivo para construir automóviles”, dijo Brett House, catedrático de la escuela de negocios de la Universidad de Columbia.

Gran parte de la producción se ha trasladado a México. Ford, por ejemplo, fabrica el pequeño SUV Bronco Sport y la camioneta Maverick en Sonora, en el noroeste de México. Stellantis produce el Jeep Compass y el Wagoneer S en una planta en Toluca, al oeste de Ciudad de México, que ha funcionado desde 1968. General Motors produce camionetas GMC y Chevrolet en una planta en Silao, en el centro de México.

Un poco más de la mitad de los 8 millones de autos y camionetas ligeras que Estados Unidos importó el año pasado provino de México (número 1, con casi 3 millones) y Canadá (número 4, con 1,1 millones). Canadá y México también son los dos principales mercados extranjeros de los autos y camionetas ligeras fabricados en Estados Unidos, con 53% de las exportaciones automotrices estadounidenses.

Al gravar las importaciones canadienses y mexicanas, la mayoría de las cuales han ingresado a Estados Unidos sin aranceles, Trump estaría lanzando un explosivo a esa elaborada red de fabricación.