Berlín se rindió ante la fuerza narrativa de El Diablo Fuma (y guarda las cabezas de los cerillos quemados en la misma caja), la ópera prima del cineasta mexicano Ernesto Martínez Bucio, que este sábado se alzó con el prestigioso premio a Mejor Ópera Prima en la 75 edición de la Berlinale.
La cinta, una exploración profunda y conmovedora de los lazos familiares, el miedo y el amor desde la perspectiva de la infancia, cautivó al jurado de la sección Perspectivas, dedicada a nuevos talentos del cine mundial.
Emocionado, Martínez Bucio recibió el galardón, dotado con 50 mil euros (53 mil 300 dólares, aproximadamente), y dedicó unas palabras a la importancia de las historias pequeñas, esas que, como la suya, nacen de la vivencia y la honestidad.
"Esta es una historia contada por cinco niños que cambiaron mi vida hace dos años. Si tienes que elegir entre miedo y amor, siempre elijan amor, por favor", expresó el director, quien también aprovechó para enviar un mensaje de esperanza y reflexión al público.
El Diablo Fuma narra la historia de cinco hermanos que, tras ser abandonados por sus padres, quedan al cuidado de su abuela, una mujer que lucha contra sus propios demonios y el miedo a un mundo exterior que percibe como amenazante.
La película, inspirada en las experiencias personales de Karen Plata, coguionista y pareja del director, aborda temas como el abandono, la importancia de la familia como refugio y la hermandad como herramienta de supervivencia.
El jurado de la sección Perspectivas, compuesto por la productora española María Zamora, la cineasta tunecina Meryam Joobeur y la actriz franco-maliense Aïssa Maïga, destacó la sensibilidad y la fuerza narrativa de la cinta mexicana, que se impuso a otras 13 películas de nuevos realizadores.
Con este premio, Ernesto Martínez Bucio se suma a la lista de talentosos cineastas mexicanos que han dejado huella en la Berlinale, consolidando a México como una potencia en el cine de autor.