EL PAISAJE URBANO DE LA CIUDAD de San Luis Potosí, como muchas más en México y el mundo, está en crisis. Caminar por sus calles o recorrer sus avenidas ya no es una experiencia de reconocimiento con la ciudad, sino una invasión de estímulos publicitarios que distorsionan la identidad del entorno.
ESPECTACULARES Y ANUNCIOS luminosos han convertido la vía pública en un aparador comercial donde el ciudadano se enfrenta a una saturación visual sin tregua ni refugio. Hay una sobreexplotación de espacios públicos para fines publicitarios.
LA PROLIFERACIÓN descontrolada de anuncios, en su mayoría sin regulación efectiva, ha degradado la imagen de la ciudad, afectando su estética y generando contaminación visual.
EN ZONAS CLAVE COMO LA avenida Salvador Nava, la carretera 57 o el Centro Histórico, la publicidad se despliega de manera agresiva. El impacto no es menor.
ADEMÁS DE LO ESTÉTICO, LA contaminación visual afecta la calidad de vida de los ciudadanos, genera estrés y dificulta la orientación en la ciudad, además de que, en muchos casos, los anuncios se instalan de manera irregular, poniendo en riesgo la seguridad de transeúntes y automovilistas.
CASOS DE ESPECTACULARES caídos por fuertes vientos o de estructuras en condiciones desastrosas son comunes, lo que demuestra la falta de supervisión adecuada en este sector.
EL PROBLEMA NO ES SOLO LA existencia de publicidad, sino su descontrol. La solución no radica en erradicar por completo los anuncios, sino en regular su ubicación, tamaño y cantidad. Es urgente que las autoridades municipales implementen normativas efectivas y las hagan cumplir.
POR SUPUESTO QUE LOS ciudadanos también jugamos un papel clave, pues debemos exigir un entorno visualmente ordenado y armónico, que priorice la calidad de vida sobre los intereses económicos o políticos, pues recordemos que, en buena medida, son campañas políticas y “logros” de políticos los que vemos en mayor medida en el espacio urbano.
NO PODEMOS RESIGNARNOS A que el paisaje de nuestra ciudad sea un lienzo de retazos. La lucha por un espacio público más limpio y ordenado es, al final, una lucha por la dignidad de quienes habitan la ciudad.
LA PRESERVACIÓN DEL PAISAJE urbano no solo es una cuestión estética, sino también una de bienestar y calidad de vida. Una ciudad con un entorno visual equilibrado y respetuoso promueve la salud mental de sus habitantes, fomenta el turismo y mejora la cohesión social.
HAY CASOS, COMO SÃO PAULO, en Brasil, que implementó políticas de "ciudad limpia", prohibiendo los anuncios en fachadas y espectaculares de gran formato. El resultado ha sido una urbe donde la identidad visual se centra en su arquitectura y espacios naturales, devolviéndole la armonía a su entorno.
SAN LUIS POTOSÍ TIENE LA oportunidad de convertirse en un modelo a seguir en la gestión de la publicidad y la preservación del paisaje urbano, es solo cuestión de voluntad, pública y privada.
¿LA HABRÁ?
@jchessal