Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), cuestionó el método de negociar del Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de amagar a países como Canadá o México con aranceles de hasta 25 por ciento a sus exportaciones.
"Lo que podemos decir de manera objetiva y cuestionable es que los aranceles no son buenos para el crecimiento, no son buenos para el empleo, no son buenos para la inflación. Creo que es muy difícil argumentar que los aranceles son un instrumento adecuado.
"No importa cuál sea el objetivo de aplicar tarifas comerciales, y una de las cosas sobre las que no hay mucha claridad es: ¿cuáles son los objetivos finales de los aranceles?. Así que veremos qué viene después", expuso Carstens durante su participación en Chapultepec Conference.
El ex Secretario de Hacienda de México desde 2006 a 2009 consideró que aún es muy pronto determinar el impacto de los aranceles en la economía real, dado que no se conoce sobre qué productos se aplicarán, su magnitud, condicionalidad y el momento en que entrarán en vigor.
Sin embargo, Carstens puntualizó que el mayor problema derivado a partir de los anuncios de aranceles es la elevada incertidumbre que se genera, la cual ya está generando un efecto negativo en muchos sectores de la economía mundial.
Al cuestionarle sobre la medida que implementó el republicano Trump, al igual que Canadá, de catalogar a los cárteles mexicanos como terroristas, Carstens consideró que de manera general es importante combatir cualquier actividad ilícita, y si el Gobierno estadounidense tiene éxito podría traducirse en beneficios para distintas áreas.
En su discurso dentro del Chapultepec Conference, el ex Gobernador del Banco de México de 2010 a 2017 remarcó que actualmente los bancos centrales de las Américas se enfrentan a diversos retos para alcanzar la estabilidad de precios, siendo el más relevante la inestabilidad política.
"Uno de los mayores desafíos que creo que afectará la conducción de la política monetaria en los próximos años es la incertidumbre política. La política comercial es el ejemplo más destacado, pero la evolución futura de la política fiscal, la regulación y la política de inmigración también plantean muchas interrogantes en la actualidad. Además, el contexto geopolítico sigue cambiando.
"Esta incertidumbre generalizada sobre las políticas afectará a los bancos centrales de varias maneras. Es probable que la incertidumbre en sí misma afecte el crecimiento. Las empresas pospondrán las inversiones y los hogares podrían evitar las grandes compras. De manera aislada, estos efectos afectarían la inflación.
"Pero es probable que un mundo incierto también sea más volátil, en particular para los mercados financieros. Ya en las últimas semanas hemos visto oscilaciones considerables en los precios de los activos, incluidos los tipos de cambio, mientras los participantes del mercado luchaban por determinar cómo evolucionarían las políticas y cómo posicionarse en consecuencia. Algunos de estos movimientos de los precios de los activos, en particular las depreciaciones del tipo de cambio, podrían ser inflacionarios", advirtió Carstens.
Por último, el economista mexicano indicó que es verosímil que en algún momento se resuelvan muchas de las incertidumbres políticas actuales, pero dependiendo de las medidas que se adopten, estas decisiones tendrán sus propias consecuencias para el crecimiento y la inflación.