“Déjalos tener sus berrinches, no es tu responsabilidad manejar sus emociones, pero sí elegir cómo respondes para proteger tu paz”.
En el Capítulo 7: "Cuando los adultos hacen berrinches", del libro “The le them theory” de Mel Robbins explora cómo la inmadurez emocional en otros puede afectar nuestras vidas, pero solo si lo permitimos. “La mayoría de los adultos actúan como si tuvieran 8 años atrapados en un cuerpo adulto.” Esta revelación cambia nuestra forma de ver las reacciones emocionales de los demás. Muchas veces, esas reacciones no son malintencionadas; son simplemente la falta de herramientas emocionales para procesar lo que sienten. Cuando alguien hace la "ley del hielo", actúa de forma pasivo-agresiva o explota emocionalmente, está reaccionando como lo haría un niño que no sabe manejar su frustración.
Robbins explica que la madurez emocional no es algo con lo que nacemos. Es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, práctica y deseo de aprenderla. Sin embargo, muchas personas nunca la adquieren por completo, y esto se traduce en comportamientos como gritos, evasión o manipulación emocional. Entender esto nos permite ser más compasivos y, al mismo tiempo, establecer límites claros.
Cuando lidias con personas emocionalmente inmaduras, no es tu responsabilidad manejar sus emociones. Lo que puedes hacer es permitirles sentir lo que necesitan sentir sin involucrarte emocionalmente. Robbins enfatiza la importancia de decir: “Let them.” Déjalos reaccionar como quieran, pero no permitas que su reacción dicte tu respuesta. En lugar de intentar arreglar la situación o responder impulsivamente, detente, respira y reconoce que no puedes controlar cómo otros manejan sus emociones.
Un ejemplo clave es la "ley del hielo", una de las reacciones más comunes en adultos inmaduros. Cuando alguien te ignora o se distancia, lo que realmente busca es atención, aunque no lo haga conscientemente. Al comprender esto, puedes evitar sentirte culpable o preguntarte qué hiciste mal.
Robbins destaca que nuestras emociones son automáticas y no siempre podemos controlarlas, pero siempre podemos elegir cómo responder. El verdadero poder está en reconocer nuestras propias emociones, dejar que otros administren las suyas y responder de manera consciente. “Déjalos tener sus berrinches y enfócate en lo que tú necesitas para mantener tu paz.” Esta teoría nos permite evitar el desgaste emocional, aprender a establecer límites y vivir con más tranquilidad. En última instancia, entender que las emociones de otros no son tu responsabilidad te da libertad.
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