Lunes 3 de Marzo de 2025 | Aguascalientes.

EL BUEN JUICIO

Claudia Guadalupe Martínez Jasso. | 01/02/2025 | 16:46

¿Cuántas personas desde sus buenas intenciones, pero suma ignorancia, han sembrado en ti duda y miedo? ¿En cuántas ocasiones, la gente te ha bombardeado la mente con sus propias limitaciones y has sucumbido a no realizar tus sueños, en pos de su falsa sabiduría y superioridad? ¿Y cuántas otras veces es la envidia, la que por medio de palabras te ha puesto piedras en el camino hacia tus sueños? Todo esto sucede porque te dejaste de mirar a ti mismo(a) con respeto, amor, dignidad y admiración, o bien, jamás pudiste hacerlo, porque no lo recibiste de los otros así, cuando crecías.
 
¿Te has puesto a pensar, que cuando hablas con la gente, sobre todo respecto a ti, lo que puede estarse comunicando contigo, en vez del buen juicio del otro, es su trauma? Su trauma, sus prejuicios, su falta de sensatez, su estrecha visión, sus miedos, su dogma, o su ortodoxa filosofía de vida (para ti).
 
A pesar de que existen personas con una experiencia muy nutritiva y profunda de vida, que pueden ser muy buenos consejeros, son un otro. Una cosa es acompañarte a tomar una decisión y otra imponerte, con una orden y desde la arrogancia que lo hagas como Él, Ella o Ellos te lo exigen. Esto no quiere decir, que no podamos ser guiados por quienes van más adelantados en el camino, por quienes empírica y a partir del conocimiento de cualquier índole nos anteceden en experiencia y Sabiduría.
 
Pero la gente humilde y sana mentalmente no va a imponerte, no va a decirte jamás, que no puedes, que no debes, que no lo intentes. Las personas que saben guiarse por el timón del corazón, antes de opinar o de guiar, escuchan, y lo hacen con absoluta plenitud y presencia.
 
El buen juicio es muy silencioso, porque observa. El buen juicio se posa en las mentes que han trabajado en ordenar sus caos internos, en espacios en dónde el Alma ha experimentado transformaciones importantes, desde el dolor, que como cincel transforma a la persona en un Ser que observa sin imposición.
 
Esta gente te mira como si contemplara un bello paisaje, aceptando cada movimiento en el río que tú eres. Y si son invitados, dejan un perfume y una esencia de seguridad, plenitud, paz y caminos abiertos. Tu corazón lo siente. Tu sabes cuando alguien realmente te acompaña desde un lugar maduro. No interfiere, no insiste y te suelta con paciencia y entereza, cuando tú decides experimentar aún aquello que no te es benéfico. Las personas con buen juicio, saben esperar. Si no pueden acompañarte físicamente o verbalmente, lo hacen desde el corazón, energéticamente, en sus oraciones internas, en su conexión, en su amor infinito (que ya han sembrado en su propia alma).
 
La palabra del otro va formando tabiques con los que construimos nuestra vida. Y entonces, cuando nos percatamos de esto, podríamos preguntarnos. ¿Estoy viviendo mi propio destino o acaso la carga simbólica de la palabra ajena es hoy mi cárcel? Pintores extraordinarios que no se han permitido serlo y nos condenan a no disfrutar de sus dones celestiales, porque Un o Una Maestra atrapada en su propia frustración, le dijo que no era bueno su dibujo, en su tierna infancia. Y por supuesto que no se lo dijo como una corrección amorosa, para impulsarle a mejorar, sino que como una condenación y crítica llena de material energético narcisista. Una frase que puede llevarte a no gozar de tu propia Divinidad en la tierra.
 
Frases que causan severos traumas. Habría que revisarnos a nosotros(as) mismos cuando emitimos juicios. ¿A caso le habremos destruido la psiquis a alguien? ¿Habremos lastimado su corazón al no emocionarnos sinceramente cuando nos contaron un logro? ¿Estamos amando a nuestros seres allegados con la palabra o los estamos alejando cada vez más? “Te lo digo por tu bien.” ¿Enserio? Las virtudes por supuesto que nos llevan a nuestro bien, pero existen muchas formas de experimentarlo. ¿Qué acaso el bien para unos lo es para todos? No te dediques a eso porque no vas a sobrevivir. Te lo digo por tu bien.
 
Y El o La investigador(ora) que hubiese sido, se llevó entre su triste represión un regalo científico invaluable para la humanidad. Cada quien vive su propio sueño, con sus ideas, experiencias y lecturas. No porque esté escrito en un libro, la información tiene que ser válida para ti. No porque sea validado por la mayoría, es un contenido de calidad. Escoge con discernimiento a tu consejo de Sabios(as). Y cuando nos pidan un consejo, tal vez, podemos realmente escuchar, pausar, conectar a la experiencia propia y al contexto, para desde una profunda humildad acompañar al otro a conectar también con su propia luz y dejar que teja con hilos resistentes, su propia Sabiduría. Dubitar, conectar al corazón, escuchar con plenitud a la propia miente nos hace libres y auténticos.
 
Cuando hemos conectado con nuestra propia Verdad, podemos distinguir la de los otros y, por ende, desechar de inmediato los comentarios envidiosos o malevolentes, o bien ignorantes y aunque bien intencionados, infértiles para nuestro crecimiento. Entender la diferencia entre juzgar y ser juicioso, es un regalo de Conciencia. Gracias por todas aquellas palabras que brotan del manantial de tu bella experiencia, inteligencia y sabiduría que nos han bendecido y hecho crecer, porque como colectivo, cada palabra-semilla que siembras nos hace florecer a todos.
 
Gracias por caminar juntos.
 
Tu terapeuta.
 
Claudia Guadalupe Martínez Jasso.