Domingo 26 de Enero de 2025 | Aguascalientes.

El problema de los gobernadores

José Luis Solís Barragán | 25/01/2025 | 13:35

UNA DE LAS FORMAS PARA entender un sistema político, es su retorno en el tiempo, ver el contexto en que se creó y la evolución que fue teniendo a lo largo de los años; de esta forma, es mucho más fácil identificar algunos de los elementos centrales de su estructura.

EN EL CASO DEL SISTEMA POLÍTICO mexicano, se debe ubicar que se instauró con el surgimiento del Estado moderno por lo que tiene un contexto complejo al tener su origen en un movimiento social que, si bien es cierto, aglutinó a muchos sectores sociales y sus demandas, también lo es el que en poco tiempo se convirtió en una lucha de facciones, bandos y caudillos que alargó un proceso que en su demanda original debió de concluir, en un periodo no mayor a un año.

ES EN ESTA SITUACIÓN QUE EL sistema político se reconfiguró a partir de un fuerte control desde el centro del poder que era la presidencia, pero que para que el andamiaje fuera institucional, se requería una coexistencia con los poderes regionales que había heredado el cacicazgo revolucionario.

CUANDO PLUTARCO ELÍAS CALLES planteó migrar de un país de caudillos a uno de instituciones, justo esquematizaba la desaparición del poder del caudillo central, pero con importantes concesiones a los regionales, los partidos locales legitimarían la cúpula que se instauraba desde la capital de la República; además la generación de caudillos permitía la coexistencia de los dos ejércitos que heredaba la propia revolución.

ESTE SISTEMA DE COEXISTENCIA de caudillos locales subordinados al poder central del Presidente de la República fue la base de los setenta años de dominio priista, solamente que el caudillismo local también se institucionalizó a través de la figura de los gobernadores, era una realidad tan clara que incluso en la denominación se les reconocía el centro de mando, al ser llamados: el primer priista del Estado.

LOS GOBERNADORES TENÍAN plena decisión de los asuntos políticos y del partido en su jurisdicción, su único límite era el Presidente de la República, los Ejecutivos locales tenían plena libertad de acción, pero en ningún momento podían atentar contra la voluntad del jefe de las instituciones, ya que de lo contrario se decidía la desaparición de poder o incluso la renuncia del gobernador.

ESTE ESQUEMA PARECIÓ funcional por el fuerte control del presidente, pero se convirtió en un problema evidente cuando el PRI salió de Palacio Nacional dada la llegada de Vicente Fox, en ese momento el nuevo titular del Ejecutivo no tenía una relación óptima con los gobernadores, ahora de oposición, que ocupaban la mayoría de las magistraturas locales, mismos que empezaron a demandar mayor respeto a esa “soberanía local” que les reconocía la Constitución, es justo en ese momento que se constituye la Conferencia Nacional de Gobernadores como un contrapeso a la voz presidencial.

LA ALTERNANCIA POLÍTICA TRAJO como consecuencia que los caciques locales se transformaran en señores feudales, los gobernadores tenían muy pocos límites, incluso cuando el presidente en turno emanara de su propio partido, la sumisión revolucionaria ya era parte del pasado al que ningún gobernador quería regresar.

ES EN ESTE MOMENTO EN QUE vimos gobernadores sin ningún límite ni control, con abusos inimaginables y con una corrupción rampante que parecía no tener precedentes, por citar algunos ejemplos: en Chiapas Andrés Granier, Guillermo Padrés del Estado de Sonora, Chihuahua con César Duarte, Roberto Borge de Quintana Roo, Coahuila y los Moreira, Tamaulipas con Tomás Yarrington, el poblano Mario Marín, el nuevoleonés Jaime Rodríguez y el más emblemático, Javier Duarte de Veracruz.

SI BIEN ESTE PROBLEMA DE LOS gobernadores se agudizó como ya comentamos, durante la alternancia democrática, es claro que la autodenominada “cuarta transformación” no queda exenta de lidiar con gobernadores sin límites y que empiezan a ser un lastre para ellos, hoy los más relevantes son Rubén Rocha en Sinaloa y el exgobernador de Morelos Cuauhtémoc Blanco, pero ello no exime a personajes como Rutilo Escandón y Cuitláhuac García.

PERO ESTE PROBLEMA ES SOLO LA punta, ya que muchos ejecutivos locales que se encuentran en funciones parece que no tienen mayor límite que su voluntad y como soberanos, asumen que esa no tiene límites; si Morena no quiere cargar lastres tan duros por culpa de esos cacicazgos locales, tiene la obligación de plantear una reforma política seria que ponga fin a esos virreyes que carcomen la democracia y frenan el desarrollo de los estados.

ESE ES UN GRAN CÁNCER QUE está presente en nuestro sistema político, durante el lopezobradorismo el enfrentamiento con los gobernadores fue mediante el aplausómetro y los abucheos, pero mientras se sometieran al poder central y cedieran el espacio a Morena, se les garantizaba un retiro digno y en muchos casos hasta un trabajo; pero en este momento que el país es guinda, ese problema empieza a tomar dimensiones mayúsculas que le puede explotar a una presidencia que aún no muestra su propia fortaleza.

@josesolisb