Miércoles 5 de Febrero de 2025 | Aguascalientes.

La necesaria recomposición que se ve difícil materializar

José Luis Solís Barragán | 04/01/2025 | 15:16

ALGUNAS GENERACIONES DE mexicanos no habían visto a un partido político monopolizar la agenda política, controlar los designios de la vida pública y concentrar el poder en una sola figura; algunas otras generaciones lo habían vivido y habían pensado desterrado el virus de lo que alguna vez se denominó “la dictadura perfecta”, pero el 2024 generó un giro radical en la democracia y las cosas cambiaron.

EL 2024 FUE EL PUNTO CUMBRE de un proceso que inició en el 2018, fue el fin de la transición democrática imaginada y la volcadura a un camino de estilos y formas previamente conocidas; fue el momento medular en el que el nuevo régimen se afianzaba y comenzaba un proceso de reinvención y de reestructura orgánica que le permitiera materializar el control deseado y la hegemonía discursiva de la transformación.

ES IMPORTANTE DECIR QUE LO que se vivió en el 2024 no fue un proceso de una noche, sino que fue un camino largo en gran medida derivado por una clase política que se fue degradando, hasta convertirse por lo menos en el discurso en la peor versión de sí mismos.

EL 2018 SOLO PUEDE entenderse con las brechas de desigualdad existentes en la sociedad; a ello sumada la frivolidad de la clase gobernante, la falta de resultados de la administración pública y el clima de polarización que se alimentó por los políticos.

LA HOY OPOSICIÓN FUE perdiendo credibilidad, la simbiosis que existió entre los partidos de gobierno y oposición abrió la puerta a la construcción de un liderazgo que se asumiera “antisistema”, la complicidad, la arrogancia y la vanidad, no permitieron ver a los políticos la crisis de legitimidad en que tenían sumida a la política.

ANTE ESTA OLA QUE GOLPEÓ AL sistema político y la transferencia de políticos de la “mafia del poder”, a la “santificación transformadora”, no sólo ampliaron legitimidad, sino que vapulearon más a los partidos tradicionales, los dejaron en los huesos y con pocas posibilidades de triunfo; a ello la suma del discurso y frases armadas, los partidos no encontraron la forma de recomponerse.

EL 2018 DEBIÓ SER UN momento de reflexión, la ahora oposición debió encontrar las razones reales que los alejaron de la sociedad, los debieron hacer entrar en un proceso crítico que les permitiera ver las causas, los efectos y las soluciones a sus problemas; pero ante ello se arrojaron a los brazos de lo peor que tenían a su alcance.

ASÍ LA OPOSICIÓN CAYÓ EN EL discurso que tanto quisieron revertir, pasaron de tener el poder, a centrarse en estar en “el basurero de la historia” como tanto les repitieron, durante 6 años intentaron convencer a la ciudadanía, pero sin proyecto de gobierno, sin credibilidad ni discurso; lograron triunfos marginales ante una maquinaria que conquistaba el país y nos acercaba más a aquella dictadura perfecta.

EN EL 2024 FUIMOS TESTIGOS DE algo que muchos considerábamos inimaginable, el partido gobernante refrendaba el triunfo en las urnas, pero este resultaba una masacre, confirmaba que la oposición no tenía rumbo ni la simpatía social, el discurso de la destrucción institucional y el asumirse salvadores de la democracia, no convenció ni a sus propios militantes.

HAN PASADO ALGUNOS MESES DE aquella dura derrota, aquel descalabro parece no haber dejado ninguna lección en el camino, el PRI fue secuestrado por su dirigencia y con ello creció el éxodo de priistas que no encontraron espacios de representación; por el lado del PAN, si bien cambió su dirigencia, el mismo grupo político controló la sucesión y despacha nuevamente en la sede nacional y las locales; y para el caso del PRD, fuimos testigos de su propia extinción.

LA OPOSICIÓN SIGUE SIN RUMBO, este año deberá enfrentarse en las urnas para la instalación del Poder Judicial, además de que en algunos estados habrá elecciones, los partidos se ven poco preparados y lo peor, siguen sin establecer un proyecto de nación que permita articular un discurso que convenza a propios y/o extraños.

ES DIFÍCIL PENSAR QUE cambiarán la esencia de lo que han sido estos últimos años, han sido la comparsa de un gobierno monolítico que los utiliza para legitimar y como saco de box para desahogar frustraciones y fracasos.

UNA VERDADERA DEMOCRACIA requiere ciudadanía activa, prensa libre y una oposición fuerte; en nuestro país tenemos un importante déficit en la democracia y con la destrucción institucional de órganos que fungían como elementos del sistema de pesos y contrapesos, no abona en sentido contrario.

POCAS EXPECTATIVAS DE VER fortalecer a la democracia, anhelos muchos, pero esperanza poca; por el bien de México, esperemos que la oposición tome el rumbo que perdió hace mucho; y ello incluye comenzar desde la base en la construcción de cuadros que defiendan ideales y no solo cotos de poder

@josesolisb