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Cosa nostra, la familia justiciera

Oscar Esquivel | 05/09/2024 | 19:53

Cuando naces se te otorgan algunas cualidades que durante el nacimiento se te concedió, sin embargo, con el tiempo, se adquirieron otras que se esculpieron, hermoso, bello o un mordaz terrorífico ser.   “Ni celeste ni terrestre, se te hizo, ni mortal ni inmortal, para que tú mismo, casi arbitrario y honorario plasmador y fundador de ti mismo puedas forjarte que lo para ti prefieras. Podrás degenerar hacia los grados inferiores, podrás regenerarte en los divinos grados superiores, según es la decisión de tu ánimo”. Pensamientos neoplatónicos de Geovani Pico della Mirandola.

Seres inferiores con pensamientos pequeños, procrastinases esperando un futuro mejor que tuvieron la oportunidad de hacerlo, tristemente esperan un mundo uno forjado por seres superiores aun cuando seamos iguales con diferentes argumentos para vivir. No hay grandes ni pequeños, solo diferentes maneras de mostrar cualidades, unas que se dan y otras que se adquieren, buenas o malas, al final el hombre es un camaleón, superior ante los demás seres vivos, un adaptador a las circunstancias convenencieras, según su tiempo y lugar, aprovechado o no, eso es otra cosa con la cual se podrá sobrevivir o morir.
Si queremos encontrar respuestas a lo que nos acontece, comencemos por entender que las cualidades de los políticos, la que queremos encontrar en la manera de como se dirige a las personas, por ejemplo, tenemos un presidente con la cualidad de crear un ambiente de odio y amor, una conjugación que en la política se llama estadista, estratega, para lograr llanto por amor, o lágrimas de frustración, coraje y odio de sus adversarios.

Encontramos las cualidades en nuestros políticos solo cuando nos sirven a nuestros intereses, normalmente de manera positiva, en lo físico, corpulento, apuesto, guapo, aunque todo en él este mal acomodado, por feo. Las de su comportamiento positivo, empático, optimista, muy generoso, desprendido, humilde (solo en público), gran sentido del humor, pero cuando descubrimos que la verdadera cualidad son sus defectos, todo lo anterior se convierte en terco, envidioso, arrogante, ególatra. ¿Conoce usted a un político así? Creo que sí, están por donde quiera.

Escribir todas las cualidades sería perturbar al infinito con tanto adjetivo, pero al día de hoy en cualquier medio de comunicación, a fin al conservadurismo, observamos como se ensalzan las miles de cualidades de una oposición que deambulan como muerto, sin rumbo, queriendo encontrar un camino para recomponerse, aterrados de sus fechorías, arrepentidos de sus pecados, ¡cómo no¡, si dejaron todas sus habilidades politicas en manos de superficiales anacrónicos lidercillos, hambrientos de sobrevivir, están en busca de una verdad que les haga volver a la vida, volviéndose a equivocar con sus posturas radicales. Perdieron 31 estados, ganaron solo 5 diputaciones federales, las senadurías las perdieron y con eso y todo, están de granujas.

Desde hace décadas se desconectaron de su realidad, sus alianzas rompieron con toda lógica, “la revolución busco al patrón para sobrevivir”, el patrón les comió el mandado, después se juntaron para combatir a los otros hijos de la revolución, los que se dicen verdaderos hijos del pueblo, ahora ambos reniegan de ese mazacote que nació y fue negado por sus propias hordas de muertos vivientes, que los han abandonado.

La agonía política se da cuando se pierden las cualidades para la cual fue hecha, unas de ellas, el fomentar el dialogo, la propuesta, las ideas, el entendimiento de las necesidades de los demás, ahí comenzaron los partidos antagónicos su travesía a la desgracia que ahora son, PRI y PAN, ambos se ven con recelo, culpándose unos a otros de su agonía, el PRD, ese ya murió.

En medio de todo, hoy en la discusión sobre la reforma al poder judicial, continúan con su discurso de enfrentamiento sin propuesta para realmente cambiar el modelo de justicia que queremos para el país. Si enumeramos sus errores, al igual que engañaron a miles de personas para que el INE no se tocara, y que ahora se dan cuenta del error que cometieron al permitirles continuar con tanto plurinominal.

En la reforma al Poder Judicial, sucede lo mismo, recurren al engaño, que diferencia hace, que se elija a jueces y magistrados por la vía del voto popular, contra que lo designe el presidente de la república. Si se quedará como está la ley de la conformación de Supremo Tribunal de Justicia de la elección de jueces y magistrados, la presidenta Claudia Sheinbaum, podría en los años de su mandato, proponer una terna para cambiar a cada ministro de la corte del STJN, con la mayoría de Morena todos pasarían. ¿Qué es más democrático?, elegir o designar.

La reforma no es solo la elección de jueces, son la desaparición de la Judicatura responsable de tanto “comercio” de influencias, un poder judicial austero, fin a fideicomisos y prebendas solo para altos rangos.
De 53 mil trabajadores, solo acceden a ser magistrados y jueces el 3%, 1437 son los agraciados y como se sabe el nepotismo y amiguismo llevan mano.
Los trabajadores que ahora se manifiestan, lo hacen por el mayor interés, altos sueldos, prestaciones más jugosas, comparados con otros poderes de la república son ofensivos.

El organismo independiente con tendencias conservadoras, Mexicanos Contra la Corrupción, en un estudio realizado, dio a conocer que “de los 1437 jueces y magistrados, 501 de ellos tienen trabajando a esposas ( sin contar amantes),hijos, papás, sobrinos , suegros, tíos, cuñados, sin contar líneas consanguíneas de los mismos recomendados, que se cree son el doble, 7 mil servidores públicos de los 31 circuitos,  tienen el mismo comportamientos y comparten por lo menos a otro pariente en la nomina judicial, 48,9 % del personal del Poder Judicial de la Federación, llegaron por influencias, tal vez sin preparación, ni merito alguno. Las “redes clientelares” al mejor postor.

Lo anterior es lo que realmente defienden los partidos políticos de oposición, los trabajadores y jueces defienden a la familia, con corrupción a la vista.

Justicia pronta, expedita.
Nos saludamos pronto.

Oscar Esquivel.