La sociedad anárquica

“La justicia es la firme y constate voluntad de dar a cada quien lo suyo” Ulpiano.

Pero los griegos nunca se equivocaron cuando se pronunciaron en la descripción del ser humano: “el hombre es el propio lobo del hombre. Nuestra especie humana es la única auto depredadora.

Con Ulpiano, inician los problemas, ¿quien determina que le corresponde a cada quien? La sociedad anárquica, como somos, aún a pesar de estar sobre regulados con todo tipo de leyes y reglamentos, todos, se dice, fundados en la Constitución Política de Mexico, seguimos siendo personas que buscamos burlar lo que nos rige como sociedad.

La historia de la humanidad es eso, anarquía, el dominio de los demás por dinero y poder, y la historia contemporánea no ha cambiado de ninguna manera, por el contrario, empeora. La respuesta de tener una mejor convivencia gregaria, es el deber ser, fundada en la honestidad. Pasar del dicho a lo que debemos hacer acorde a la moralidad y ética, todo de las personas, es, y ha sido muy complicado.

La Reforma que es de la mayor importancia, al poder Judicial en sus magistrados, ministros y jueces, solo restringida por ahora, a su elección, será un mundo más de papel, de letras inobservadas, vamos, muertas. La respuesta está en refundar el comportamiento de todas las personas que se relacionan en temas muy diversos, y derivados de la convivencia cotidiana. Así, no tendríamos o, sería mucho menos que se ocupara que alguien más resolviera nuestras diferencias en asuntos legales.

Una cultura de la verdad ante los hechos adversos y saber que se tiene que hacer frente a las responsabilidades personales, referidos al deber ser de la buena práctica en la conducta personal, apegado a la ética del comportamiento; todo ello en el común denominador de la moralidad de dar a cada quien lo que es suyo, sin querer ser ventajosos, que ha sido la práctica común de muchas, muchísimas personas; nos ahorraría muchos problemas.

Renacer en una nueva sociedad, se escucha utópico pero, pero sería un gran logro, si realmente queremos transformar a nuestra sociedad. La exigencia crece pero, solo en el dicho, no en las acciones.

El compromiso de cambiar es permanente, dinámico, persiguiendo siempre ser honestos desde lo unipersonal para proseguir haciendo ejemplo que pudiesen ser imitados por los demás.

No es de esperarse o, deseable que sigamos empeorando, no es deseable que siga el tormento de la violencia y el dolor que agobia. No es dable que sigamos siendo esclavos de nosotros mismos persiguiendo lo que luego reclamamos: el poder y el dinero fácil, que quiera dominar a los demás.

@jaimechalita