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Arena Pernambuco, un palacio para el Mundial

Central Deportiva | 28 Febrero 2014 | 09:34

La Arena Pernambuco es uno de los estadios más bellos de los construidos para el Mundial en Brasil. Su arquitectura en forma rectangular, pero a la vez con líneas ondulantes y su estructura metálica en blanco y plata, destacan a lo lejos desde que se llega a Recife, una de las ciudades sede de la Copa del Mundo, que comienza en junio, en un inmenso valle donde sólo está el escenario.

El estadio está completamente acabado y ya en funcionamiento. Aquí, la Selección Mexicana jugará el último de sus partidos de la primera ronda de la Copa del Mundo (el 23 de junio frente a Croacia).

La Arena Pernambuco se levanta colosal en medio de un verde valle rodeado de montañas, una autopista y favelas. Está ubicada afuera de la ciudad de Recife, en la zona metropolitana conurbada, a unos 20 kilómetros del centro.

Para llegar aquí, por ahora, sólo puede ser en automóvil o taxi, que cobra unos 60 reales desde la zona hotelera, es decir, unos 360 pesos mexicanos.

La zona en la que se ubica se llama Sao Lorenço de Mata. Alrededor aún no hay nada de infraestructura, como lo marcan los estándares de FIFA, para erigir las llamadas ciudades de la Copa, en donde además del estadio debe haber conjuntos residenciales, un centro comercial y un restaurante, para que tras el Mundial, estos estadios no se conviertan en elefantes blancos.

Por ahora, la estructura inmensa de la Arena Pernambuco se levanta en el centro del valle, rodeada del concreto blanco del estacionamiento. Y cercada por montañas, en las que se ubican algunas favelas como Santa Mónica, en donde ahí, sus habitantes perciben al mes, a lo mucho, un salario mínimo, unos 700 reales, es decir, unos 4 mil 200 pesos, que llega a ser lo que un hospedaje en un hotel tres estrellas cuesta en temporada baja en Recife.

Aquí, los niños corren descalzos o andan en bicicletas remendadas, mostrando sus habilidades a los visitantes que llegan a conocer la Arena Pernambuco. Son niños que no rebasan los 12 años, famélicos y ojerosos, que lejos de pedir dinero están ansiosos por conocer a los extranjeros que vienen a ver el estadio. Dicen que tienen amigos de varios países. Ellos no tendrán acceso a los partidos del Mundial, pero les emociona lo que vaya a ocurrir afuera.

Anteriormente, este valle era ocupado por los agricultores de la zona para que el ganado pastara, ahora se ha transformado y en los jardines que han quedado entre el concreto del estacionamiento, aún hay bueyes y vacas pastando.

Las calles de las comunidades cercanas en las que viven no están pavimentadas. Algunas ya tienen servicios como agua y luz eléctrica y las avenidas principales asfaltadas. Aquí ya no es Recife y llegar acá en transporte público es caro y complicado, por eso, muchos prefieren trabajar en el campo o en lugares más cercanos, porque ir hasta esta ciudad, les representa un gasto diario de unos 20 reales.

En el proyecto original antes de la Copa, se presumía que aquí sería construida una villa con 11 mil unidades habitacionales, un hospital de alta especialidad, una universidad, una escuela de tecnología, además de la expansión de la línea oeste del metro de Recife.

El objetivo era que esta ciudad sede de la Copa del Mundo permitiera la redistribución urbana de la Región Metropolitana de Recife, convirtiéndose en un nuevo espacio de viviendas, placer, trabajo y servicios públicos. Por ahora, sólo está el estadio y junto a un río se construye la obra para conectar el metro con una red de autobuses, por una carretera que llegará a unos 2 kilómetros del inmueble mundialista.

El proyecto durante la Copa del Mundo es que los aficionados con boleto para los partidos puedan tomar el metro en la ciudad de Recife y sean traídos en una red de autobuses hasta esta zona, siendo la entrada, el único medio por el cual se accedería al transporte.

La Arena de Recife es la casa del Club Náutico, aquí se disputan los partidos de los campeonatos estatales y del campeonato brasileño. Además es un estadio multiusos, ya que también es usado para conciertos, exposiciones y ferias.

Tiene capacidad para 42 mil personas y fue construido a lo largo de 30 meses desde octubre de 2010. La obra tuvo un costo superior a un billón de reales. Su estructura interior sigue los estándares marcados por FIFA para priorizar el confort de los asistentes: butacas cómodas y numeradas, un techo que provee sombra para un calor que llega a los 38 grados, un área VIP, restaurante, elevadores y estacionamiento.

Además del juego de México, aquí se disputarán otros cuatro partidos de la Copa del Mundo, aunque a Brasil, no le tocará de inicio actuar ahí.

Recife es una de las ciudades del noreste brasileño, con una tradición futbolera arraigada. Aquí hay tres clubes importantes, pues además del Náutico están el Santa Cruz y el Sporting Club.

En el Mundial de 1950, Recife ya fue sede. En el estadio de La Isla del Retiro se jugó el partido de Chile vs.  Estados Unidos (que terminó 5-2).

 

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