Desde los primeros meses de 2025, Novak Djokovic demostró una vez más por qué sigue siendo una leyenda viva del tenis. Marcas que no solo refleja su longevidad, sino también su persistente dominio sobre distintas superficies y generaciones.
En marzo, durante Miami, alcanzó su victoria N°411 en torneos ATP Masters 1000 -superando a Rafael Nadal- y convirtiéndose oficialmente en el jugador con más triunfos en la historia de los Masters 1000.
Pocos meses después, en mayo, Djokovic vivió un momento histórico: ganó Ginebra tras remontar una final complicada contra Hubert Hurkacz (5-7, 7-6, 7-6), y con ello logró su título número 100 a nivel ATP.
Al lograr esa centena, se unió a un club exclusivo del tenis masculino. Solo él, junto con Jimmy Connors y Roger Federer habían alcanzado esa cifra en la Era Abierta.
Ese título en Ginebra no fue solo anecdótico: con él, Djokovic se convirtió en el primer hombre en la Era Abierta en ganar al menos un torneo en 20 temporadas consecutivas (desde 2006 hasta 2025).
No obstante, su 2025 no se limitó a torneos menores: en uno de los Grand Slams más importantes, Wimbledon 2025, Djokovic alcanzó un hito significativo: su victoria número 100 en ese torneo.
Con ello, se convirtió en el segundo hombre -después de Federer- en contar con 100 triunfos en Wimbledon, lo que reafirma su dominio histórico en césped incluso en esta etapa de su carrera.
El hito en Wimbledon no es solo simbólico: a sus 38 años, sigue compitiendo con un nivel altísimo, desplegando potencia, reflejos y experiencia en uno de los torneos más exigentes del calendario. En su partido del hito, terminó con un juego dominante: numerosas winners, primeros servicios agresivos y control de puntos vitales.
En el plano global, 2025 reafirmó la versatilidad de Djokovic: su récord de victorias en Masters 1000, su centena de títulos, su vigencia en Grand Slams y su capacidad para exigirse contra rivales jóvenes hacen evidente que su legado no depende solo de títulos, sino de perdurabilidad y adaptación.
Además, ese centenar de títulos no solo representa un número más en su palmarés: simboliza años de esfuerzo, evolución, sacrificios, victorias y derrotas -un legado construido con constancia y determinación. 2025, entonces, deja claro que su carrera es más que formidable.
En resumen: 2025 no será recordado solo por un torneo o por un Grand Slam, sino como un año que encapsula la esencia del legado de Djokovic: dominio, longevidad, adaptabilidad, récords históricos y una determinación implacable. En un deporte cambiante y cada vez más físico, él sigue siendo un referente.
