México presume una larga tradición basquetbolística y millones de aficionados alrededor del país, pero la historia de este deporte a nivel olímpico ha sido compleja. Aun así, existe una página dorada escrita hace casi nueve décadas: la obtención de la única medalla olímpica que México ha conseguido en basquetbol.

El logro ocurrió en los Juegos Olímpicos de Berlín 1936, edición en la que el baloncesto dejó de ser deporte de exhibición y debutó oficialmente dentro del programa olímpico. Aquella selección mexicana sorprendió al mundo al abrirse paso entre potencias y firmar una actuación que, hasta hoy, permanece como una de las hazañas más grandes del deporte nacional.

México avanzó con paso firme eliminando a Bélgica, Filipinas e Italia, resultados que lo catapultaron hasta las semifinales. Ahí se enfrentaron a los Estados Unidos, quienes terminarían quedándose con la medalla de oro. La derrota envió a los mexicanos al duelo por el bronce ante Polonia, encuentro que dominaron con autoridad para imponerse 26-12. La victoria les otorgó una histórica medalla olímpica, la única para el basquetbol mexicano en 88 años.

El equipo volvió a acercarse al podio en Londres 1948, cuando disputó nuevamente el partido por la medalla de bronce, aunque en esa ocasión terminó cayendo por cinco puntos ante Brasil. Desde entonces, la Selección Mexicana no ha logrado regresar al podio ni clasificarse de manera constante al máximo escenario internacional.

La última vez que México participó en un torneo olímpico de basquetbol fue hace casi medio siglo, en Montreal 1976, donde finalizó en la décima posición. Con el fracaso reciente en el camino rumbo a París 2024, se cumplirá medio siglo desde la última aparición mexicana en unos Juegos Olímpicos.

A pesar de los desafíos actuales, la gesta de 1936 sigue siendo un recordatorio del potencial que existe en el basquetbol nacional y un punto de inspiración para las nuevas generaciones.