Mohammed Ben Sulayem fue reelegido el viernes sin oposición como presidente del ente rector de la Fórmula 1 tras una campaña ensombrecida por las acusaciones de sus rivales de que las reglas electorales los mantenían injustamente fuera de la boleta.
El nuevo mandato de cuatro años de Ben Sulayem, aprobado en la asamblea general de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en Taskent, Uzbekistán, continúa un período que ha incluido desacuerdos con los pilotos de la F1 y una constante rotación de personal en el organismo.
“Gracias a todos nuestros miembros de la FIA por votar en números notables y depositar su confianza en mí una vez más. Hemos superado muchos obstáculos, pero hoy aquí, juntos, somos más fuertes que nunca”, declaró el ex piloto de rally de los Emiratos Árabes Unidos en un comunicado.
La FIA afirmó que la presidencia de Ben Sulayem ha registrado unas finanzas más sólidas y “mayor transparencia, responsabilidad y estándares profesionales”.
Villars manifestó en un comunicado la semana pasada que se había programado una audiencia para febrero y que, dependiendo del resultado de ese caso, la elección podría ser “revisada, impugnada o anulada por el tribunal”.
Villars cuenta con el apoyo de otro aspirante a candidato, el ex comisario de carreras de F1 estadounidense Tim Mayer, quien alegó en octubre que las reglas significaban dejó de ser un “proceso democrático”.