José Mourinho volvió a encontrarse con una cuestión que le persigue desde hace años: su nombre asociado al Real Madrid. La víspera del duelo entre Benfica y Nápoles derivó, durante unos minutos, hacia un terreno que el técnico conoce de memoria. La posibilidad de un regreso, alimentada por el ruido en torno al banquillo del Madrid, reapareció en la sala de prensa. Mourinho reaccionó de manera automática. "Ni siquiera hace falta cerrarlo, ese asunto ya está cerrado. Ese asunto lo abrió usted", respondió, cortando la conversación de raíz.
La insistencia en si un hipotético retorno a la Liga española podría tentarle tampoco abrió grietas. "No me haga preguntas de "si...". ¿Decir que no al Benfica es fácil?", devolvió, mostrando más cansancio que tensión. Su mensaje apuntó a lo esencial: no hay posibilidad alguna. El Madrid no aparece en su agenda y Mourinho quiso disiparlo antes de que capturara la atención de una rueda de prensa diseñada para otro partido y otro contexto.
Después, ya sin referencias al club blanco, el técnico recuperó el foco competitivo. Se le preguntó por las diferencias entre Portugal e Italia, por el peso táctico del campeonato y por la identidad de un rival como el Nápoles. Mourinho fue directo: "No veo partidos de la liga italiana. Me centro en donde trabajo, veo los partidos del campeonato en el que estoy. Luego me queda poco tiempo para ver ligas en las que no estoy".
El último bloque giró alrededor del futuro europeo del Benfica. ¿Es este partido la última oportunidad para seguir con vida en la Champions? Mourinho se apoyó en el ADN del club. "El Benfica es uno de los clubes más grandes del mundo. No existe otra cultura que esta: vamos hasta el final", afirmó.
Admitió que no ganar complicaría mucho el escenario, aunque recordó que aún quedan seis puntos por disputar. También restó dramatismo a las posibles bajas: "Neres está jugando bien; si no juega él, juega Politano. No cambia nada". Para Mourinho, reducir al Nápoles a un solo nombre es insuficiente. El desafío es más profundo, y desde ahí afrontará un duelo que puede marcar su continuidad en Europa.
