La Bombonera amaneció con ese murmullo inconfundible de las noches grandes, pero terminó envuelta en un silencio espeso. Racing dio el golpe: cerró su arco, aprovechó la única clara que tuvo y se metió en la final del Clausura. Boca, que venía embalado en el torneo, quedó a un paso de pelear por el título.
El primer tiempo fue una pulseada áspera, llena de interrupciones y más respeto que fútbol. Boca no logró adueñarse nunca de la mitad de la cancha, y Racing, paciente y reservado, apenas soltó a sus volantes. No hubo chances claras y la Academia llegó al descanso con la preocupación de varias amarillas tempranas.
La segunda parte cambió el pulso. Racing se adelantó unos metros y Boca siguió sin respuestas: Paredes desconectado, Giménez y Merentiel imprecisos en cada intento. El partido parecía destinado a un error o un destello, y fue Racing quien se animó primero.
A los 75 minutos, Rojas colocó un centro medido al corazón del área y Martínez se elevó con autoridad para clavar un cabezazo que heló las tribunas. Fue el golpe definitivo. Boca empujó más por obligación que por convicción, pero nunca encontró claridad.
Racing celebró con los puños apretados: está en la final y sólo espera rival. Este lunes, el clásico entre Estudiantes y Gimnasia definirá al equipo que lo enfrentará el sábado por la corona del Clausura.