Javier “Vasco” Aguirre, el experimentado timonel de la Selección Mexicana, ofreció una lectura tan crítica como pragmática tras conocer el destino del Tri en el sorteo de la próxima Copa del Mundo de la FIFA, donde quedaron enclavados en el Grupo A. Si bien el estratega reconoció la mezcla de estilos que presenta el sector, su principal foco de incomodidad y preocupación recayó en la incertidumbre sobre el tercer rival, mismo que se definirá vía repechaje.
Aguirre no titubeó al señalar la complejidad que añade esta definición tardía al trabajo de su cuerpo técnico, especialmente en la crucial fase de preparación.
"Ese es el problema, el repechaje, yo suponía que alguno nos podía caer, son cuatro equipos europeos, de momento estamos con la incertidumbre", declaró el 'Vasco'.
El seleccionador confirmó que México volverá a protagonizar la inauguración, un rol que ya asumió en 2010. Además, el reencuentro con Corea del Sur, un viejo conocido, le ofrece cierta base de análisis. Sin embargo, la gran duda reside en la identidad del rival europeo.
La verdadera molestia de Aguirre radica en la notoria disparidad de perfiles entre los cuatro posibles contendientes que saldrán del repechaje europeo.
"Macedonia no tiene nada que ver con Dinamarca, lo mismo que Irlanda ni República Checa, son bien distintos los cuatro", sentenció.
Esta diferencia extrema supone un obstáculo serio para el análisis táctico preliminar. Aunque el técnico se apresuró a matizar, aceptando que la situación es "pareja para todo", sí hizo un llamado por la claridad inmediata para optimizar su planning.
"Me gustaría haber sabido hoy los tres para empezar a analizar y trabajar en ellos, buscar rivales de esa forma, ese estilo, pero tampoco está mal", insistió el estratega.
Cerrando su intervención, Aguirre apeló a la historia de México como país sede, buscando aprovechar las lecciones de las Copas del Mundo de 1970 y 1986. El objetivo táctico primordial para el Tri es claro: garantizar una fase de grupos exitosa que les permita seguir jugando en casa.
"Es lo más importante, efectivamente para no salir de casa, ya tenemos experiencia en 86 y en 70, que no fuimos de casa y cuesta más", sentenció.
El mensaje final del entrenador de la Selección Azteca es de cautela y trabajo. Si bien reclama con pragmatismo la información faltante para afinar el plan de ruta, dejó en claro que la meta de llegar fuertes como anfitriones y aprovechar la ventaja de jugar en territorio propio es la prioridad absoluta para el proceso mundialista.