Este 20 de noviembre de 2025 se confirmó el fallecimiento de Roberto Monjarás Hernández, mejor conocido como “Monja”, un futbolista potosino muy querido en el ámbito amateur y recordado por su talento, su velocidad y su entrega dentro y fuera de la cancha.
Nacido en Tamuín, San Luis Potosí, Monjarás inició su vida deportiva muy joven en Río Laja, Guanajuato, para posteriormente regresar a San Luis, donde se estableció en la colonia San Felipe. Sus cualidades físicas y técnicas lo llevaron a ser invitado a jugar con los Cachorros del Potosino, equipo de Primera División Profesional en los tiempos de Alberto Guerra y Luis Grill.
Ahí forjó amistades que marcaron una época: Pestañas Morales, Joel Zavala, Juan Manuel González Saucedo y Pichojos Martínez, todos parte de una generación de futbolistas potosinos que soñaban con trascender en el futbol de paga.
Su talento lo llevó también a la Selección Juvenil de Alfonso Portugal, donde compartió entrenamientos con figuras que más tarde serían legendarias, como Hugo Sánchez, Víctor Rangel y Héctor Tapia.
En el futbol amateur tunero se convirtió en una estrella con el equipo Clutch del Potosí, donde brillaba como extremo por ambas bandas: veloz, técnico y con un olfato goleador que lo hacía desequilibrante.
Uno de sus momentos más recordados fue aquel clásico ante Joyería E. León, donde con dos goles terminó con el invicto de más de un año del rival. En ese tiempo, Clutch del Potosí era un auténtico trabuco con jugadores como los hermanos Santana, Pancho Galindo, el Chiri, Huevo Martínez, Juan Patas, Miguel “Neuras” Tovar y la Torta Cuéllar, bajo el apoyo constante de Don Obed, dueño del equipo. Incluso, en varias ocasiones era reforzado por Antonio Carrizales, figura de los Santos de San Luis.
A nivel profesional tuvo la mala fortuna de coincidir en su posición con un ídolo potosino: el uruguayo Nery Castillo, lo que limitó sus oportunidades.
Monjarás optó por emigrar a Estados Unidos, donde desplegó todo su potencial futbolístico. Ahí se tituló como maestro de educación física, obtuvo la ciudadanía estadounidense y dividió sus últimos años entre la Unión Americana y su amado San Luis Potosí.