La decepción y la frustración se apoderaron de las gradas del Territorio Santos Modelo (TSM) anoche, y ni siquiera el empate fue suficiente para calmar los ánimos. El "pobre espectáculo" ofrecido por la Selección Mexicana desató la furia de los aficionados, quienes señalaron directamente a Javier "El Vasco" Aguirre como el principal responsable.
"Fuera Vasco"
Los cánticos comenzaron mientras el partido aún se consumía en la recta final, pero el clímax de la protesta llegó al silbatazo final. Mientras el estratega mexicano se dirigía al túnel que conduce al vestidor, los gritos de "Fuera Vasco" se escucharon con una potencia ensordecedora, haciendo vibrar la estructura del estadio.
La afición no perdonó el rendimiento del equipo, dejando claro que el proceso de Aguirre no cuenta con el respaldo de la gente, al menos no en La Comarca Lagunera.
Molestia por gritos al Vasco
Esta reacción del público no solo impactó al cuerpo técnico, sino que también provocó una notable molestia entre los jugadores considerados "pesos pesados" del equipo.
Raúl Jiménez fue uno de los que no pudo ocultar su desazón ante el micrófono de TV Azteca, criticando duramente a los aficionados por los abucheos y gritos.
“Lo que deja triste es jugar de local y que te abucheen, que fuera Vasco, que le griten put… al portero, eso es lo que deja triste, tal vez por eso siempre nos llevan a Estados Unidos”, sentenció el delantero, sugiriendo que el ambiente hostil de los estadios mexicanos es la razón detrás de la constante programación de partidos del Tri en territorio estadounidense.
Las palabras de Jiménez exponen una fractura: la molestia de la afición ante el rendimiento del equipo choca directamente con la defensa de los jugadores hacia su entrenador y el reproche a las formas de protesta.
El ambiente en la Selección Mexicana se torna cada vez más denso. Con la presión en aumento y la afición pidiendo cambios, el "Vasco" Aguirre se encuentra en el ojo del huracán, y el equipo debe encontrar rápidamente una manera de reconectar con su gente si quiere evitar que la hostilidad de Torreón se convierta en una constante a lo largo del país.