El fútbol americano puede ser impredecible. Lo que prometía ser un choque de fuegos artificiales entre las ofensivas de Eagles y Packers en el mítico Lambeau Field terminó siendo un duelo defensivo. Dos de los ataques más explosivos de la NFL dejaron la pólvora mojada y el partido, que sobre el papel se esperaba lleno de puntos, se convirtió en un test de resistencia y errores mínimos.
Al final, Philadelphia se llevó el triunfo 10-7, extendiendo a tres su racha de victorias sobre Green Bay.
No es común ver un partido de la NFL irse al descanso sin que el marcador se mueva. Durante los primeros dos cuartos, ni Packers ni Eagles pudieron hacer daño, y las defensivas dominaron el campo. Las entregas de balón marcaron la diferencia: aunque no hubo intercepciones, ambos mariscales registraron un fumble que cortó series prometedoras.
La insistencia de Philadelphia finalmente rindió frutos: Jake Elliott abrió el marcador con un gol de campo de 39 yardas. Más tarde, DeVonta Smith aseguró un touchdown con un pase de Jalen Hurts, aumentando la ventaja a 10 puntos.
Los Packers se veían inofensivos, pero la presión y el aliento del público los empujaron. Josh Jacobs acortó distancias con un acarreo de seis yardas que puso a Green Bay a tiro del empate.
En los últimos dos minutos, Eagles intentó agotar el reloj mientras los Packers buscaban una última oportunidad. Esta llegó en un gol de campo de McManus de 64 yardas, pero el ovoide se desvió y la chance de empatar se esfumó.