El SoFi Stadium se pintó de amarillo y negro con miles de Terrible Towels ondeando en las gradas, pero en el campo, el azul celeste dominó sin piedad. Los Angeles Chargers (7-3) vencieron 25-10 a los Pittsburgh Steelers (5-4) con autoridad, gracias a una defensa implacable y los errores ofensivos del equipo de Pensilvania.

Pittsburgh abrió el marcador con un gol de campo de 59 yardas de Chris Boswell, pero no volvió a anotar hasta el último cuarto. La presión de la defensa angelina —con Khalil Mack a la cabeza— complicó toda la noche a Aaron Rodgers, quien sufrió capturas y dos intercepciones.

Mack inauguró el marcador para Los Angeles con un safety, y antes del descanso, Justin Herbert conectó con Ladd McConkey para ampliar la ventaja 12-3. En la segunda mitad, los Chargers mantuvieron el control del juego pese a un gol de campo fallado, mientras los Steelers se estrellaban una y otra vez ante la muralla celeste.

Un intento fallido en cuarta oportunidad y una nueva intercepción sellaron la suerte de Pittsburgh. Rodgers solo pudo maquillar el marcador con un pase de touchdown a Roman Wilson en los minutos finales.

La noche también fue histórica: Keenan Allen superó las 955 recepciones en la franquicia, rompiendo el récord de Antonio Gates. Ambos se abrazaron tras la jugada que lo consagró como el nuevo líder de los Chargers.