La fragilidad defensiva del Eintracht Frankfurt resultó ser el remedio perfecto para que el Liverpool saliera de su crisis. El conjunto inglés, que acumulaba cuatro derrotas consecutivas, volvió a sonreír en Alemania con una contundente goleada por 1-5, recuperando sensaciones y confianza mientras intenta reencontrarse con su mejor versión.
El Liverpool no necesitó un despliegue extraordinario para imponerse. El Eintracht volvió a exhibir su doble cara: peligroso en ataque, pero un auténtico caos en defensa. Así como el Atlético de Madrid le había marcado cinco goles en la jornada anterior, esta vez fue el turno del equipo de Jürgen Klopp para aprovechar los errores alemanes y firmar otro marcador idéntico.
La racha negativa del Liverpool era insólita, impropia de un club de su calibre. Sin embargo, el duelo ante el Frankfurt fue el escenario ideal para levantar cabeza. A pesar de las ausencias de Gravenberch, Mac Allister y Salah en el once inicial, los “Reds” demostraron pegada y carácter para remontar y golear con autoridad.
El Eintracht comenzó mejor y se adelantó con un tanto de Kristensen, pero la reacción del Liverpool fue inmediata. Primero igualó Ekitiké tras un error en la salida del conjunto local, y antes del descanso dio la vuelta al marcador con dos cabezazos en tiros de esquina: Van Dijk y Konaté aprovecharon la pésima marca alemana para poner el 1-3.
En la segunda parte, el dominio inglés fue total. Gakpo amplió la ventaja al minuto 65 y Szoboszlai sentenció con un potente disparo desde fuera del área al 70’. Con el partido liquidado, Klopp dio minutos a Salah y Mac Allister, quienes ingresaron con todo decidido.
El Eintracht volvió a mostrar sus carencias defensivas, mientras el Liverpool encontró en este triunfo la calma y el impulso que tanto necesitaba para retomar el rumbo en la Champions League.

