Franco Mastantuono vive a contrarreloj. A mitad de semana regresó antes de lo previsto de la concentración con Argentina, superó unas molestias físicas y se reincorporó de inmediato a los entrenamientos bajo las órdenes de Xabi Alonso. En un club donde el tiempo es un lujo, el joven argentino ha comprendido que cada minuto cuenta para competir.
El contexto, sin embargo, se ha vuelto más exigente. El regreso de Jude Bellingham y el gran momento de Arda Güler reducen las opciones de Mastantuono en el once del Real Madrid. Llegado hace apenas tres meses con la etiqueta de promesa, el futbolista ha demostrado una madurez y personalidad que han acelerado su proceso de adaptación al fútbol europeo.
Su evolución ha sido natural, impulsada por su confianza y el respaldo de Xabi Alonso. Sin necesidad de grandes irrupciones, el mediapunta argentino ha seguido un camino similar al de Vinicius, Rodrygo y Endrick: un periodo de aclimatación previo a ganarse un lugar entre los titulares.
Procedente de River Plate, Mastantuono ha pasado de moverse con libertad en el ataque argentino a desempeñarse por la banda derecha del Santiago Bernabéu. Su estilo mantiene la osadía que lo caracteriza, aunque ahora combina mejor su atrevimiento con inteligencia táctica. Según datos de Driblab, es el extremo que más remata (3,25 veces por partido) en las cinco grandes ligas, el cuarto en goles esperados y el séptimo con más toques dentro del área rival.
Estas cifras reflejan su progreso. Ha sido suplente solo en tres de los diez partidos disputados y ya marcó su primer gol con la camiseta blanca. Su impacto ha sido tan notable que figura entre los finalistas al Golden Boy, junto a Dean Huijsen y Arda Güler.
En medio de la competencia feroz del Real Madrid, Mastantuono continúa demostrando que su tiempo de adaptación es también su forma de competir.