A ocho meses del Mundial, la Selección Mexicana fue exhibida sin piedad por Colombia, que la goleó 4-0 en Arlington, Texas, borrando cualquier ilusión que aún quedaba en la afición. El Tricolor mostró todas sus carencias ante un rival que fue superior en todos los sentidos, dentro y fuera de la cancha.
El equipo de Javier “Vasco” Aguirre fue ampliamente superado. Colombia dominó desde el inicio y abrió el marcador con Jhon Lucumí, aprovechando la mala marca y la mala salida del arquero Ángel Malagón. México no tuvo respuesta: ni desde el banquillo llegaron ideas, ni los jugadores como Vega, Orbelín o Marcel lograron pesar en el juego.
En el complemento, Luis Díaz y James Rodríguez desplegaron su talento y ampliaron la ventaja. Jorge Sánchez fue superado con facilidad en la jugada del 2-0, mientras que Jefferson Lerma firmó el 3-0 con una volea espectacular. Ya en el cierre, Johan Carbonero selló el 4-0 ante una defensa desordenada y un equipo sin reacción.
La afición mexicana, que comenzó apoyando con entusiasmo, terminó abucheando y abandonando las gradas antes del silbatazo final. El Vasco Aguirre, con gesto de frustración, deberá replantear todo, pues cada vez que México enfrenta a un rival de peso, queda en evidencia.