Miguel Ángel Russo falleció a los 69 años este lunes, cerca de las 19 horas, en su casa de la Capital Federal, rodeado de su familia y seres queridos. El histórico DT de Boca Juniors deja una huella imborrable en el club y en todo el fútbol sudamericano.
En las últimas horas se conoció una conversación entre Juan Román Riquelme y Russo antes de su regreso al banco xeneize. Cuando Román le preguntó cómo estaba, Miguel respondió con sinceridad y valentía:
"Las cosas no están bien, pero si me va a pasar algo, que sea siendo el DT de Boca."
Esa frase, cargada de sentimiento, convenció a Riquelme de que debía volver al club donde alcanzó la gloria en 2007, ganando la Copa Libertadores.
Desde 2017, Russo libraba una dura batalla contra un cáncer diagnosticado mientras dirigía a Millonarios en Colombia. A pesar de tratamientos y operaciones, nunca se alejó del fútbol. En los últimos meses, su salud se había debilitado y las internaciones frecuentes limitaron su trabajo en el plantel.
Su última aparición pública fue el 23 de septiembre en el predio de Boca en Ezeiza, donde se lo vio sonriente junto a Riquelme, un gesto hoy cargado de simbolismo.
Miguel Ángel Russo deja un legado de trabajo, humildad y pasión, que lo convirtió en uno de los entrenadores más queridos del fútbol argentino.