La fiesta que preparó River Plate en su casa, el estadio Monumental de Buenos Aires, la disfrutó Palmeiras con un baile en el primer tiempo que le bastó para llevarse el triunfo por 1-2 este miércoles en el segundo partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El baile del equipo brasileño comenzó a los cinco minutos de juego cuando el paraguayo Gustavo Gómez mandó la pelota al fondo de la red con un cabezazo certero después de saltar solitario delante del punto penalti, mientras los defensas de River estaban amontonados en el área chica sin saber qué hacer ni a quién marcar.
La rápida anotación de Palmeiras desbarató los planes de River, y también su presentación, ya que perdió confianza y al menos durante media hora vio a su rival jugar a placer.
Quizás el cambio de esquema para aplicar un 3-5-2 le hizo sentirse inseguro, porque a los 41 minutos el visitante aumentó la cuenta con una acción veloz y una definición de alta calidad técnica de Vítor Roque.
River movió sus fichas en el segundo tiempo y dio ingreso a cinco jugadores, entre ellos los colombianos Juan Fernando Quintero y Miguel Borja y el defensa Lucas Martínez Quarta, quien descontó a los 89 minutos con un bombazo desde fuera del área.
Y pese a guapear, no pudo evitar el triunfo de Palmeiras, que supo administrar la ventaja y se confirmó como favorito no solo para avanzar a semifinales la próxima semana, sino para levantar el trofeo de campeón.