El argentino, Ángel Correa, ha comenzado su aventura en Tigres con un impacto inmediato tanto en la cancha como fuera de ella. A poco más de dos meses de su arribo, el campeón del mundo con Argentina ya suma 10 partidos jugados (seis en Liga MX y cuatro en Leagues Cup), todos como titular, y ha marcado ocho goles, distribuidos en tres en liga y cinco en el torneo binacional.
Desde su llegada, Correa ha demostrado ser más que una “contratación bomba”, es una realidad que ya se ganó a la afición y se ha convertido en uno de los referentes ofensivos del equipo dirigido por Guido Pizarro.
Correa como un ídolo
El arribo de Correa a Monterrey fue digno de un ídolo. Cientos de aficionados se dieron cita en el aeropuerto para recibirlo con cánticos y banderas, en un ambiente de auténtico carnaval futbolero. Además, una gran cantidad de medios de comunicación que estuvieron presentes para captar cada momento de la llegada del delantero argentino.
Uno de los gestos más simbólicos fue la reactivación del dorsal número 7, retirado en su momento en honor a Gerónimo Barbadillo, histórico jugador de Tigres. El club decidió entregárselo a Correa, no solo por su jerarquía internacional, sino como una forma de conectar el pasado con el presente ilusionante. Aunque esta decisión generó algo de polémica, la afición ha respaldado al jugador y lo ha adoptado como nuevo ídolo del club.
Aunque no existen cifras oficiales sobre las ventas de camisetas con el nombre de Correa, se sabe que la playera número 7 del argentino se encuentra entre las más vendidas de la temporada.