El Manchester United vivió una auténtica montaña rusa de emociones en Old Trafford, donde consiguió su primer triunfo oficial de la temporada al derrotar 3-2 al Burnley en un partido dramático que se definió en el último suspiro.
Un autogol abrió el camino
El marcador se abrió a los 27 minutos, cuando un cabezazo de Josh Cullen se estrelló en el travesaño y, tras botar dentro, fue validado por la tecnología de línea de gol. El tanto dio aire a los Red Devils, que buscaban desesperadamente sumar de a tres.
Reacción del Burnley y respuesta inmediata del United
El segundo tiempo arrancó con intensidad. El Burnley empató 1-1 gracias a un gran remate de Lyle Foster, quien aprovechó un centro preciso de Bruun Larsen. Sin embargo, la reacción visitante se diluyó rápidamente: apenas dos minutos después, una jugada de Diogo Dalot por la izquierda permitió a Bryan Mbeumo devolverle la ventaja al conjunto local.
Final de infarto en Old Trafford
El Burnley no bajó los brazos y volvió a empatar con anotación de Jaidon Anthony, poniendo nerviosa a la afición local. Pero cuando parecía que el duelo terminaría igualado, apareció la figura de Bruno Fernandes, quien a los 97 minutos transformó un penal en el gol del triunfo definitivo.
El portugués ejecutó con frialdad a la derecha del arquero, que adivinó la dirección pero no pudo detener el potente disparo. Con este tanto, los dirigidos por Rubén Amorim consiguieron tres puntos vitales para tomar confianza en la campaña.