El regreso de Javier “Chicharito” Hernández a Chivas ha sido más un golpe financiero que deportivo. Lo que en enero de 2024 se vivió como una fiesta en el Estadio Akron, con más de 40 mil aficionados ovacionando al hijo pródigo, hoy se percibe como un negocio caro y con poco rendimiento en la cancha.
En casi dos años de su segunda etapa con el Rebaño Sagrado, Chicharito solo ha marcado dos goles en Liga MX y uno en la Concacaf Champions Cup. Sus aportaciones se han visto opacadas por las constantes lesiones: suma diez desde su regreso y, en el Apertura 2025, ya van seis jornadas sin que sume minutos.
Un negocio que comenzó prometedor
La llegada de Hernández generó ventas récord. Puma, la marca que viste a Chivas, comercializó 140 playeras conmemorativas a cinco mil pesos cada una, logrando más de 700 mil pesos en cuestión de horas y superando el millón con otros productos oficiales. Sin embargo, el rendimiento deportivo no acompañó el impacto comercial.
La inversión millonaria detrás del fiasco
Entre salario y acuerdos comerciales, Chivas y Puma destinan aproximadamente 57 millones de pesos al año al delantero, una cifra que no ha sido redituable. Con apenas dos goles en liga, el costo por anotación asciende a 47 millones 500 mil pesos, y no parece que la cifra vaya a mejorar pronto.
El panorama es todavía más desalentador si se considera que Hernández difícilmente verá acción en lo que resta del torneo por temas extracancha y sus constantes problemas físicos.
Un antecedente similar: Oribe Peralta
El caso recuerda al de Oribe Peralta, quien en su paso por Chivas también fue catalogado como una inversión poco productiva. En aquel entonces, el “Cepillo” percibía 37 millones de pesos anuales y también marcó solo dos goles con la camiseta rojiblanca.
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