Ya casi nadie duda de que Sergio Pérez será uno de los dos pilotos de Cadillac para 2026. El anuncio se está demorando más de lo esperado, pero la noticia ha corrido ya como la pólvora por el resto de equipos, pilotos y periodistas. Saben que Checo es uno de los elegidos para el nuevo proyecto de el equipo estadounidense y ahora sólo queda oficializarlo.
Es más, lo lógico es que los protagonistas obedezcan órdenes para no filtrar esta información, pero que ya estén centrados en lo que va a ser su nuevo desafío. Y aquí es donde puede estar la gran ventaja de Checo con el resto de pilotos que ahora sí están compitiendo.
Es verdad que estar un año sin correr con los mejores puede ser un lastre, pero también que el mexicano puede contar con una gran ventaja sobre el resto de rivales. Todos saben que 2026 va a ser un año muy complicado para los equipos por todos los cambios que se van a producir. Habrá modificaciones en la aerodinámica, en el peso de los coches y las unidades de potencia. Los monoplazas serán más cortos, ligeros y ágiles.
Son cambios que dan vértigo a muchos equipos y a muchos pilotos, entre otras cosas porque ahora están centrados en este temporada. Distinto va a ser para Checo, que podría empezar a trabajar desde ya con el que será su nuevo coche, un monoplaza para 2026, con lo que eso supone.
Mano a mano con los ingenieros
Seguro que Sergio incluso puede estar ya mano a mano con los ingenieros de Cadillac para conocer a la perfección todos los detalles de su nuevo auto. El piloto mexicano debe aprovechar al máximo estos meses que tiene por delante para empezar 2026 con mucho ganado sobre el resto de sus rivales. Es una ventaja que no puede desaprovechar.
También debe tener los pies en el suelo y ser consciente de que van a tener muy difícil por no decir imposible pelear con McLaren, Red Bull, Mercedes o Ferrari, pero al menos debe intentar competir en las mejores condiciones. Por eso, el 2026 de Checo ya ha empezado.