La Fórmula 1 vive una etapa de transición tras la salida de Christian Horner de Red Bull, y uno de los que ocultó su alivio fue Zak Brown, CEO de McLaren. El estadounidense, conocido por sus enfrentamientos verbales con Horner en los últimos años, se mostró satisfecho por el cambio en la estructura de la escudería austriaca y advirtió que el deporte ganará con esta decisión.
Después del Gran Premio de Gran Bretaña, Red Bull anunció el fin de la era Horner, quien llevaba dos décadas como jefe y director ejecutivo. En su lugar, Laurent Mekies, exlíder de la entidad hermana, Racing Bulls, asumió el mando.
Para Zak Brown, la llegada de Mekies marcó un nuevo capítulo. “Estoy contento de que Laurent tenga ahora ese rol. Me cae bien Laurent. Esto será saludable y ojalá podamos volver a centrarnos en la competencia en pista”, declaró al diario The Telegraph.
‘Horner se pasó de la raya’: Brown critica la gestión anterior en Red Bull
La principal crítica de Brown hacia Horner apuntó a su forma de manejar los aspectos políticos del paddock. A juicio del directivo de McLaren, el británico llevó esas dinámicas demasiado lejos, lo que afectó el ambiente de trabajo en la categoría.
“Siempre habrá política en la Fórmula 1 — ataques a los ‘flexi-wings’, discusiones técnicas —, pero cuando empiezas con acusaciones frívolas, se excede el límite. Se pasó de la raya”.
El dirigente norteamericano lamentó que, bajo la gestión de Horner, ciertos temas confidenciales se usaran como herramientas de presión o de manipulación mediática. “Cuando nos sentábamos a hablar de algo importante, sabíamos que podía ser utilizado como arma política. Eso ya no debe ocurrir”, enfatizó.
Optimismo en el paddock: ¿nuevo equilibrio político en la F1?
Brown ve con buenos ojos el arribo de Mekies, a quien calificó como alguien “profesional y con integridad”; a su entender, el cambio abrió la puerta a una mayor unidad entre equipos, algo fundamental para resolver temas claves, como el reglamento técnico, el límite presupuestario y el futuro de la categoría.
“Será una pequeña sorpresa positiva para todos. Habrá más confianza, más transparencia. Podremos seguir peleando duro en la pista, pero con la certeza de que fuera de ella se puede dialogar sin manipulación”.
Las palabras de Brown no solo evidenciaron una fricción histórica con Horner, también la necesidad de un cambio cultural dentro de la Fórmula 1. La percepción de que las decisiones políticas se mezclaban con estrategias deportivas fue motivo de controversia durante años, especialmente cuando Red Bull se encontraba bajo constante escrutinio por temas técnicos.
El futuro de Horner, aún en el aire
Mientras tanto, el destino de Christian Horner sigue siendo incierto. A pesar de los rumores que lo vinculaban con un posible proyecto junto a Bernie Ecclestone, y una eventual inversión en Alpine, el propio exjefe de la F1 negó estar involucrado en ese tipo de negociación.
Por ahora, Horner permanece fuera del paddock, aunque su experiencia y trayectoria —que incluye múltiples campeonatos mundiales con Red Bull— lo convierten en un perfil atractivo para otros equipos; incluso, para nuevas estructuras dentro del automovilismo internacional.