El 24 de julio de 1995, Claudio Paul Caniggia protagonizó uno de los momentos más controversiales del fútbol argentino al firmar contrato con Boca Juniors, dejando atrás su pasado en River Plate, donde debutó profesionalmente y dio sus primeros pasos como figura. A tres décadas de aquel suceso, el recuerdo sigue generando debate, pasión y anécdotas que marcaron una época.
Caniggia, ídolo de la Selección Argentina en los Mundiales de 1990 y 1994, llegó a la Bombonera procedente del Benfica y con la promesa de acompañar a su amigo Diego Maradona, quien también retornaba al club. El impacto fue inmediato: no solo por su historia con River, sino por la manera en que se integró al mundo xeneize, dejando imágenes imborrables como el icónico "piquito" con Diego tras uno de sus goles en un Superclásico.
Pese a que nunca logró un título con Boca, su paso quedó marcado por los cuatro goles que le anotó a River, su exclub. Uno de ellos, el recordado hat-trick en la goleada 4-1 de 1996, desató la furia en Núñez. La respuesta llegó desde las tribunas: la barra de River, Los Borrachos del Tablón, robó una bandera de La 12 que rezaba “Caniggia, te esperamos”, trofeo simbólico de una “venganza” de códigos barrabravas.
En su momento, Caniggia explicó que su paso a Boca no era una traición, sino una decisión profesional influida por su amistad con Maradona: “Jugar con esta camiseta y al lado de Diego no se compara con nada. De chico, yo era de Boca”. Sin embargo, en cada visita al Monumental, el repudio de los hinchas millonarios fue evidente.
La historia del Hijo del Viento en Boca tuvo momentos de gloria parcial y otros de frustración. Estuvo cerca de pelear el torneo Apertura 1995, pero el equipo cayó en la recta final. En un Superclásico clave, erró un gol increíble frente al arco vacío, en lo que pudo haber sido “el gol del campeonato”.
Con 21 goles en 76 partidos como xeneize, Caniggia cerró su ciclo en 1998, relegado por la llegada de Carlos Bianchi y el auge de Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto. Aún así, su figura quedó ligada al folklore boquense más por lo emocional que por lo estadístico.
Hoy, a 30 años de aquel polémico fichaje, Caniggia se reconoce más como un jugador de la Selección Argentina que de River o Boca. Su velocidad, carisma y rebeldía lo convirtieron en símbolo de una época, capaz de romper moldes… y camisetas.