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Philipsen, primer maillot amarillo en un estreno de Tour caótico

EFE | 05 Julio 2025 | 11:31
En una jornada de nervios, caídas y abanicos, el primer maillot amarillo de la 112 edición del Tour de Francia se posó en los hombros del belga Jasper Philipsen (Alpecin Deceuninck) tras imponerse en una jornada inaugural caótica en la que algunos nombres ilustres, como Evenepoel, Almeida, Roglic y Carlos Rodríguez se dejaron en un corte 39 segundos.
 
Philipsen (Mol, 27 años) aprovechó el gran trabajo de su equipo para evitar el desastre de los abanicos y, lanzado por Mathieu Van der Poel, todo un lujo, levantó los brazos celebrando su victoria en el Tour número 10, invirtiendo un tiempo de 3h.53.11 en los 184,9 que unieron la salida y la meta de Lille, a una media de 47,6 km/h.
 
El belga triunfó en el primer duelo entre los velocistas, superando al eritreo Biniam Gyrmay (Intermarché) y al noruego Søren Wærenskjold (Uno X). Dentro de este primer grupo, los grandes favoritos, el esloveno Tadej Pogacar y el danés Jonas Vingegaard, y los españoles Enric Mas e Iván García Cortina.
 
Sin embargo, los abanicos provocados a 20 km de meta atraparon a varios nombres ilustres, que perdieron en meta 39 segundos, un destrozo inesperado en este estreno del Tour. Allí estaban, entre otros, Remco Evenepoel, Primoz Roglic, Almeida, Carlos Rodríguez y Florian Lipowitz.
 
Primera escapada, nervios y caídas
La etapa inaugural estaba marcada a fuego para que un esprinter se enfundara el maillot amarillo, lo que no ocurría desde 2020 con el noruego Kristoff. Tres cotas de tercera no iban a ser obstáculo para arruinar la fiesta de los velocistas. No obstante, de salida, y después de la ceremonia habitual, Marsellesa incluída, el pelotón se abrió camino por la ciudad de Lille, invadida por aficionados desde tempranas horas de la mañana.
 
El ambiente habitual en la salida de cualquier etapa del Tour, acontecimiento siempre festivo para los franceses, esta vez con la colaboración de la afición belga, país muy cercano. Enseguida se formó la primera escapada, con el alemán Rutsch (Intermarché) y los franceses Le Berre (Arkéa), Armirail (Decathlon), Benjamin Thomas (Cofidis) y Vercher (TotalEnergies).
 
No fueron lejos en su lucha por la provincia del norte de Francia. El Lidl de Milan y el Alpecin de Philipsen mantuvieron a raya al quinteto y la puntilla se produjo coincidiendo con los abanicos a más de 100 km de meta. Hubo cortes, se rezagaron Lenny Martínez y Alaphilippe, y un pinchazo descolgó a Florian Lipowitz. Todos se reintegraron tras un buen "calentón".
 
Nueva etapa, Milan ensaya y se retiran Ganna y Bisseger
Las intenciones de Milan se confirmaron imponiéndose en el esprint de La Motte au Bois ante Philipsen. Era el inicio de la pelea por el maillot verde del Tour. De nuevo Benjamin Thomas y Vercher saltaron por delante y juntos se fueron al suelo al pasar la pancarta de la Cota de Mont Cassel. Caída absurda por un punto que le aseguró al primero el primer maillot de puntos de la montaña.
 
Se instaló la calma en el grupo mientras el viento movía las ramas de los árboles de manera preocupante, de ahí que los favoritos asomaran siempre cerca de cabeza de carrera. Los efectos de las primeras caídas eliminaron al italiano Filippo Ganna y al suizo Stefan Bisseger, dos de los favoritos para la crono larga de la quinta etapa.
 
Vingegaard corona en Mont Noir y los abanicos hacen estragos
El grupo afrontó compacto la última dificultad clasificada del día, de 1,3 km al 6,4 por ciento, el Mont Noir (4a), donde coronó al frente Jonas Vingegaard, una rara avis en este tipo de cotas. A partir del alto la planicie se extendió hasta la meta de Lille, instalada junto a la Ciudadela de la ciudad.
 
LLegó el "látigo" a 20 de meta. La calma chicha la rompió el Visma coincidiendo con un viento lateral cercano de los 45 por hora que rompió el pelotón en varios sectores. Vingegaard y Van der Poel revolvieron el primer grupo, donde no estaban Evenepol, Roglic, Lipowitz ni Carlos Rodríguez.
 
Ya no hubo tregua hasta meta. Fueron 17 km de locura. Los corredores de cabeza volaron. Allí estaba el Alpecin con Van der Poel, Philipsen y Groves, una garantía de éxito. El Visma con Vingegaard y el UAE con Pogacar y Wellens encantados con la situación, y todos interesados en castigar a Evenepoel y compañía.
 
Enric Mas entró delante, siempre atento, auxiliado por García Cortina. El español incluso salvo una caída por poco. Un buen día para el Movistar, pero malo para Carlos Rodriguez, ya que empieza el Tour con un mordisco de 39 segundos. Esta semana, ya se avisaba, puede ser muy peligrosa. Y en Lille quedó demostrado.
 

 

Este domingo se disputará la segunda etapa, entre Lauwin-Planque y  Boulogne-sur-Mer, de 209,1 km. La subida a la Côte du Haut Pichot (1 kilómetro al 10%) será el aperitivo para unos últimos 10 kilómetros muy duros con los ascensos a las cotas de Saint-Etienne-au-Mont (900 metros al 11%) y Outreau (800 metros al 8,8%) que podrían romper la carrera antes de la llegada en subida en la localidad costera situada junto al Canal de La Mancha. BNB 

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