Los Indiana Pacers dieron un golpe de autoridad en el sexto juego de las Finales de la NBA al vencer 108-91 a los Oklahoma City Thunder. Con este triunfo, la serie queda empatada 3-3 y se definirá el campeonato este domingo en el séptimo y definitivo partido, que se disputará en el Paycom Center.
Será la primera vez desde 2016 que las Finales llegan a un Juego 7. Aquel año, los Cavaliers de LeBron James hicieron historia al remontar un 3-1 ante los Warriors de Stephen Curry.
Pese a ser duda hasta último momento por molestias en el gemelo derecho, Tyrese Haliburton jugó y fue determinante. El base sumó 14 puntos, 5 asistencias, 2 robos y un rebote en apenas 23 minutos, liderando a unos Pacers que firmaron una actuación prácticamente perfecta.
Indiana tomó control del partido desde el segundo cuarto, donde firmaron un parcial de 36-17 y llegaron al descanso con ventaja de 64-42. Su máxima diferencia fue de 31 puntos.
El equipo de Rick Carlisle destacó por su intensidad defensiva, forzando 21 pérdidas de balón a Oklahoma y limitándolos a un pobre 26.7% en triples (8 de 30). A la ofensiva, seis jugadores anotaron en dobles dígitos: Pascal Siakam (16 puntos, 13 rebotes), Obi Toppin (20 puntos), Andrew Nembhard (17), T.J. McConnell (12 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, 4 robos), Aaron Nesmith (10) y el propio Haliburton.
Los Thunder lucieron muy lejos del nivel que mostraron en los juegos anteriores. Shai Gilgeous-Alexander aportó 21 puntos pero cometió 8 pérdidas, mientras que Jalen Williams hizo 16 con 3 pérdidas más. Chet Holmgren, por su parte, tuvo una noche para el olvido con apenas 4 puntos y 2 de 9 en tiros de campo.
El partido fue prácticamente sentenciado al iniciar el último cuarto, con Indiana ganando por 30 puntos. Ambos equipos optaron por guardar a sus titulares pensando en el decisivo Juego 7.
Ahora, todo se decidirá este domingo en Oklahoma City, donde los Thunder buscarán aprovechar su localía y los Pacers intentarán culminar una remontada épica.