Hace tres años, el canadiense Denis Shapovalov, ex 'top ten', tachó a Queen's de ser un torneo "discriminatorio" contra las mujeres. Su queja se sustentaba en que el torneo no dejó que su novia, la tenista sueca Mirjam Björklund, entrenara en las pistas del club, por no ser participante del mismo, y aumentaba la presión sobre el galardonado como mejor ATP 500 del circuito para que acabara con una ausencia que se extendía ya más de medio siglo.
Queen's, conocido como la mejor antesala posible para Wimbledon y que se juega en pistas muy similares a las del tercer Grand Slam de la temporada, no ha tenido torneo femenino desde 1973. Olga Morozova, quien fuera entrenadora de Andy Murray cuando este tenía trece años, es la última campeona femenina de Queen's y no ha sido hasta este 2025 cuando ha puesto fin a esta larga espera.
Andy Murray, ya retirado, fue el maestro de ceremonias este lunes de la vuelta de la WTA a Queen's. El británico, uno de los mejores embajadores del tenis femenino y defensor de la igualdad, tanto al ser pionero contratando a una mujer, Amélie Mauresmo, como entrenador, como recalcando que en los récord del tenis hay que incluir también a las mujeres, inauguró la pista que lleva su nombre, "Andy Murray Arena", y compartió su alegría porque la WTA vuelva a Queen's.
"Es brillante", dijo el escocés antes de pelotear con Laura Robson, junto a la que ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. "Es una gran oportunidad para que las mujeres jueguen aquí", añadió.
Petra Kvitova, ganadora de dos Wimbledon, y Beatriz Haddad-Maia, toda una top 20, fueron las encargadas de jugar el primer partido en la pista central de Queen's en más de cincuenta años y dan comienzo a una semana en la que once de las veinte mejores del mundo estarán presentes en el oeste de Londres.
La historia, sin embargo, no es todo lo bonita que podría ser, porque continúa existiendo una clara diferencia entre lo que cobran los hombres en Queen's, cuyo torneo comienza la semana que viene, y lo que ingresarán las mujeres.
Mientras que el torneo femenino reparte 1,23 millones de euros, el masculino asigna a sus jugadores 2,5 millones de euros, es decir, más del doble. Ambos torneos poseen la misma categoría, ATP/WTA 500, la tercera más importante solo por debajo de los Grand Slams y los Masters 1.000. Pese a esto, Queen's será el torneo WTA500 que más dinero reparta en todo el circuito.
A nivel de entradas, el masculino, que incluye entre sus participantes a Carlos Alcaraz y Jack Draper, está todo agotado. Para el femenino aún hay entradas disponibles.
El compromiso de la LTA, la federación de tenis británica, es lograr la igualdad en premios de cara a 2029, cuatro años antes de lo establecido por ellos mismos, que pautan el límite para conseguirlo en 2033. Para los eventos que se disputan en la misma semana, es decir, el caso de Birmingham y Eastbourne, por ejemplo, la fecha límite es 2027.
"Queremos lograr la igualdad de premios lo antes posible", aseveró Scott Lloyd, presidente ejecutivo de la LTA. "El compromiso de la LTA es que crezca el tenis femenino, tanto el profesional como el de base y este movimiento es importante para ello".
Los Grand Slams ya alcanzaron la igualdad de premios a diferente ritmo-US Open (1973), Abierto de Australia (2001), Roland Garros (2007), Wimbledon (2007)-, pero existe aún descompensación en muchos otros torneos, especialmente visible en aquellos que se disputan en las mismas fechas e instalaciones.
El español Carlos Alcaraz, ganador del Masters 1.000 de Roma, se embolsó 985.000 euros, mientras que la italiana Jasmine Paolini, campeona del mismo torneo en categoría femenina, se llevó 877.000 euros.