A medida que Estados Unidos se alista para albergar la Copa Mundial de Clubes, surgen crecientes inquietudes que amenazan con restar entusiasmo al evento. Problemas relacionados con los viajes internacionales, la seguridad de los aficionados y la incertidumbre económica generan dudas tanto entre los seguidores locales como extranjeros.
El torneo reunirá a 32 clubes profesionales de todo el mundo en 11 ciudades estadounidenses y repartirá un premio acumulado de mil millones de dólares. Esta edición ampliada del Mundial de Clubes también se perfila como una prueba clave de cara a la Copa Mundial de 2026, que organizarán conjuntamente Estados Unidos, Canadá y México.
Pese a su envergadura, el torneo no ha logrado despertar gran entusiasmo. La ampliación de siete a 32 equipos ha restado exclusividad al evento, y las cifras de venta de entradas hasta ahora son decepcionantes. Algunas promociones recientes y reducciones de precios intentan incentivar la asistencia, pero los resultados siguen siendo discretos.
El contexto migratorio actual también desalienta a los hinchas internacionales. Detenciones de turistas, largos tiempos de espera para visas y las políticas restrictivas del gobierno de Donald Trump —incluidas prohibiciones de viaje a países como Irán, clasificado para el torneo— generan un ambiente de incertidumbre.
Aunque se estableció una excepción migratoria para deportistas y personal técnico, los aficionados no están contemplados. Según Geoff Freeman, presidente de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, los tiempos de espera para obtener una visa en países como Colombia superan los 18 meses, lo que podría incluso afectar la asistencia a la Copa Mundial de 2026.
Freeman señaló que su organización trabaja con el grupo de trabajo de la Casa Blanca para la Copa Mundial con el objetivo de resolver estos problemas: “El éxito es la única opción”, afirmó. “Pero estos obstáculos de visado y aduanas deben solucionarse cuanto antes”.
Algunos aficionados ya sienten el impacto. En Nashville, un grupo de seguidores latinoamericanos optó por no asistir a un partido reciente de la MLS debido a la presencia de agentes del ICE en la ciudad. El estadio Geodis Park, en esa ciudad, será sede de tres partidos del Mundial de Clubes.
Danny Navarro, influencer de viajes conocido como TravelFutbolFan, expresó que las declaraciones de algunos funcionarios solo han profundizado la ansiedad. Mencionó especialmente un comentario del vicepresidente JD Vance, quien advirtió que los visitantes “tendrán que regresar a casa” al finalizar el torneo o “hablar con la secretaria de Seguridad Nacional”.
Navarro calificó esto como un mensaje hostil hacia los hinchas, que suelen ser turistas de alto gasto y bajo riesgo. También responsabilizó a la FIFA por no atender estas preocupaciones: “¿Van a venir? ¿Van a ser acosados por el ICE? Hay demasiada incertidumbre”, afirmó.
La promoción del evento también ha sido escasa. En ciudades anfitrionas como Seattle apenas se ven carteles, y muchos estadounidenses no están familiarizados con los equipos participantes, a diferencia de lo que ocurre con selecciones nacionales en una Copa Mundial.
En Nashville, por ejemplo, el director de la Asociación de Fútbol del Estado de Tennessee, Hans Hobson, explicó que la falta de afinidad con equipos extranjeros podría estar influyendo en el escaso interés local: “Si fueran clubes de la Premier League o la Bundesliga, el público se animaría más”, dijo.
En paralelo, la FIFA ha lanzado incentivos como la posibilidad de adquirir entradas para la Copa Mundial de 2026 a quienes compren entradas para el Mundial de Clubes. Sin embargo, el clima económico incierto y el temor a la inflación hacen que muchos aficionados prefieran esperar al evento principal.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, ha recorrido varias ciudades para fomentar el entusiasmo, asegurando que “el mundo será bienvenido”. Pero la percepción general es que Estados Unidos no está ofreciendo precisamente una cálida bienvenida.
Jesse Marsch, entrenador de la selección canadiense, lo resumió con franqueza: “Es triste que tengamos que hablar de visitar Estados Unidos en estos términos, pero cada quien deberá decidir lo que es mejor para su situación personal”.